Hoy venimos a explicaros la diferencia entre el hambre real y hambre emocional.
A veces pensamos que siempre que tenemos ganas de comer algo es por hambre, pero… ¿es
real o emocional?
A continuación, os vamos a mostrar una tabla con las diferencias entre cada uno de ellos:
HAMBRE REAL HAMBRE EMOCIONAL
HAMBRE REAL | HAMBRE EMOCIONAL |
Cualquier alimento lo sacia. | Nos apetece un alimento en especial. |
Puede esperar. | Aparece de forma urgente. |
Después de comer nos sentimos llenos y confortables. | Aun encontrándonos satisfechos seguimos comiendo. |
No hay remordimientos tras la ingesta. | En ocasiones, nos sentimos culpables, avergonzados o mal tras haber ingerido los alimentos. |
Aparece síntomas: dolor de barriga, ruidos intestinales, mareo… | Ansiedad, nerviosismo… |
Por poneos un ejemplo, cuando llevamos varias horas sin comer y el simple hecho de comer
una manzana, unas lentejas o cualquier cosa que nos pueda nutrir nos parece bien, estamos
teniendo hambre real.
Sin embargo, cuando hemos terminado de comer y aun así estamos pensando en una onza de
chocolate pese a haber realizado una buena ingesta de alimentos, nos encontraríamos frente
al hambre emocional.
El hambre emocional puede aparecer en muchas ocasiones por estrés, por aburrimiento, o
por cualquier tipo de emoción, incluso por costumbre. Vivimos en una sociedad en la que
utilizamos la comida como recompensa o como castigo, utilizamos la comida en eventos de
diversión, cocinamos para demostrar amor, amistad, gratitud y, sin embargo, también la
utilizamos para aliviar el miedo y la incertidumbre, para pasar el tiempo. Seguro que os suenan
frases del tipo: me lo merezco, es fin de semana, lo necesito…
Para evitar tener estas sensaciones tan a menudo, el primer paso es reconocer el hambre
emocional, con eso ya hemos dado un paso gigante, es estupendo tener consciencia y analizar
los sentimientos o situaciones que te han llevado a ello, para poder trabajar con ellos.
Es aconsejable realizar técnicas de relajación, ayuda a controlar el estrés y por tanto que
aparezcan menos estos episodios de hambre emocional. Si añadimos dormir las horas
recomendadas, también sumamos puntos para mejorar.
Busca otro tipo de recompensas o actividades: haz deporte, lee un libro, habla con alguien de
lo que te pasa…
Respecto a la alimentación, intenta llevar unos horarios definidos, planifica tus menús,
hidrátate, crea una rutina y sobre todo ten alimentos saludables en casa, esto ayudará a no
caer en opciones menos saludables, que son las que nos suelen apetecer más. Lleva una dieta
variada y equilibrada, algo que sea posible mantener en el tiempo, no sirve de nada comer solo
ensalada durante una semana, eso es imposible que dure para toda la vida.
Recordad: La comida debe ser nuestra aliada para tener una vida saludable y feliz.
No dudéis en contactar con nuestro centro para consulta nutricional o psicológica.