Consejos

¿Cómo mejorar mi relación con la comida?

Mejorar la relación con la comida implica desarrollar hábitos alimentarios conscientes, equilibrados y sostenibles, alejándose de dietas extremas o restricciones innecesarias.

Un nutricionista juega un papel clave al proporcionar estrategias adaptadas a cada persona, considerando su historial de alimentación, emociones asociadas y necesidades metabólicas.

En un centro de nutrición, la evaluación del comportamiento alimentario es un paso esencial para entender cómo las emociones, el entorno y los hábitos diarios influyen en la forma en que una persona se alimenta. Un nutricionista no solo analiza los aspectos físicos y nutricionales, sino también factores psicológicos y conductuales que pueden afectar la relación con la comida.

Muchas veces, las personas confunden el hambre real con la necesidad de comer motivada por emociones como el estrés, ansiedad o aburrimiento. Un nutricionista ayuda a identificar la diferencia entre hambre fisiológica que aparece de manera gradual, se siente en el estómago y se sacia con una comida equilibrada. Y el hambre emocional que surge repentinamente, suele estar ligada a antojos específicos como dulces, comida ultraprocesadas  y no se satisface con alimentos nutritivos.

 También las dietas extremadamente restrictivas pueden generar sentimientos de culpa o frustración al consumir cierto alimento, en un centro de nutrición, se trabaja en  eliminar la mentalidad de “alimentos prohibidos” y enseñar cómo equilibrar la dieta sin restricciones extremas, además de promover la alimentación intuitiva, permitiendo que el cuerpo regule el apetito de manera natural y trabajar la relación emocional con la comida, para evitar patrones como el “comer por ansiedad” o el “castigo” después de una indulgencia.

Otro aspecto clave es aprender a saborear y disfrutar los alimentos, ya que comer demasiado rápido, viendo televisión o con el móvil puede hacer que el cerebro no registre la saciedad a tiempo, favoreciendo el exceso de ingesta.

Para mejorar este hábito, en los centros de nutrición se recomienda:

Realizar comidas sin distracciones, enfocándose en los sabores, texturas y aromas de los alimentos y masticar lentamente, permitiendo que el cuerpo envíe señales de saciedad al cerebro antes de seguir comiendo y evitar las comida rápidas, dándole espacio a la alimentación como parte del bienestar diario.

En un centro de nutrición, los profesionales analizan el comportamiento individual para crear estrategias personalizadas, ayudando a cada persona a desarrollar una alimentación más equilibrada, sin culpas ni restricciones innecesarias.

Planificar comidas semanales para evitar decisiones impulsivas desarrollar estrategias para gestionar la ansiedad sin recurrir a la comida como escape.

Incorporar variedad en la alimentación para evitar monotonía y ansiedad por ciertos productos.

Escucha a tu cuerpo, disfruta cada bocado y haz de la comida un momento especial. ¡Pequeños cambios crean grandes hábitos!

Consejos

Dieta paleolitica o paleodieta

En qué consiste la dieta paleo o paleolítica

Imaginemos por un momento que vivimos en la Edad de Piedra. ¿Qué habría de cena para una noche como la de hoy, pero hace dos millones de años? Si nuestro yo prehistórico ha tenido suerte con la caza esta mañana, quizá llegue a la cueva algo de carne, con hierbas, semillas y unas bayas. Eso es, en esencia, la dieta paleo. Con alguna diferencia, porque nuestros antepasados comían lo que podían y ahora acudimos al supermercado.

Esta corriente, explica la nutricionista y tecnóloga de los alimentos, Vanessa Blázquez, de alguna forma exalta la simplicidad del estilo de vida del hombre de las cavernas. “No se trata tanto de la dieta, sino de un estilo de vida, en el que se incluye el tipo de alimentación que llevaba el ser humano durante el Paleolítico”.

Alimentos permitidos y prohibidos en la dieta paleo

Según está lógica, se admiten aquellos alimentos que el ser humano podía cazar o recolectar y consumir esta dieta no incluye el consumo habitual de cereales ya que los hombres del Paleolítico no eran agricultores. sin embargo, ponen en cuestión esa idea de que las sociedades preagrícolas siguieran un patrón alimentarios esencialmente carnívoro y que no probaran bocado de cereales o legumbres.

Volviendo a la doctrina paleo, también se excluyen los lácteos. “Es lógico porque no eran ganaderos”.

La base de la dieta paleo son las frutas y verduras, así como bayas y hierbas, semillas y frutos secos. “Como fuentes de proteína, se admiten las carne pescado y huevos 

Además, todo ello debe ser lo más orgánico posible con el fin de cuidar la salud. “En este estilo de vida se rechazan igualmente los productos ultraprocesados”, matiza Blázquez.

Beneficios de la dieta paleo para la salud

Entonces, ¿nuestros antepasados se alimentaban mejor que nosotros? “Como en todos los estilos de vida y alimentación, va a depender de si lo hacemos bien o no. Y hacer lo correcto significa asegurarnos el aporte de nutrientes necesario y en una proporción adecuada”, indica Blázquez. Los defensores de la dieta paleo basan sus argumentos en que, gracias a este patrón, se eliminan los alimentos ultraprocesados (embutidos, galletas, harinas refinadas…). Siguiendo ese discurso, estaríamos ante una dieta que cuida la salud de quien la consuma.

Pero este razonamiento tiene truco. “Cuando una persona acostumbrada a tomar muchos alimentos ultraprocesados prueba con estas restricciones, necesariamente mejorará su salud cardiovascular. Sin embargo, no se trata tanto de los beneficios de esta dieta en particular, sino del abandono de los malos hábitos de la dieta occidental”. Aun así, al permitirse el consumo de fruta y verdura, el aporte de vitaminas y minerales puede estar asegurado si está bien diseñada.

Riesgos de la dieta paleo

La cara B son los riesgos asociados a la propia existencia de alimentos prohibidos en la dieta paleo. No por los alimentos en sí, sino porque, como en toda dieta de exclusión, se eliminan nutrientes. Es este caso, los carbohidratos complejos de los cereales integrales y las legumbres. Paralelamente, se aumenta el consumo de alimentos proteicos de origen animal y grasas

“La dieta paleo no conlleva un reparto de macronutrientes específico. Sin ayuda de un profesional puede conllevar un reparto más alto en grasa saturada y proteína animal que no incluya el pescado. Si este aporte proviene de carnes rojas y grasas saturadas, el riesgo de desarrollo de patología cardiovascular y otras aumenta. Pero también es posible hacerlo a partir de consumo de pescado azuly grasas saludables. Aunque no suele ser lo habitual”, puntualiza Vanessa Blázquez.

Por otra parte, como insiste la especialista, “al no tener fuentes de carbohidratos complejos, el cuidado de la microbiota queda restringido al aporte de fuentes prebióticas de la fibra de la fruta y las hortalizas. Pero nuevamente se va a ver limitada por la falta de fibra que aportan los cereales integrales y legumbres”.

A pesar de todos estos riesgos, una dieta paleo bien diseñada no tiene por qué suponer un problema. Como ocurre con en el resto de las dietas restrictivas se pueden producir desnutriciones y problemas si no acudimos a un profesional de la nutrición. “También conviene saber que los beneficios que promete la dieta paleo se pueden encontrar en la dieta mediterranea y sin los inconvenientes de no aportar cereales integrales ni legumbres”, insiste la experta.

Cómo empezar con la dieta paleo

El primer paso antes de cambiar cualquier patrón alimentario es eliminar aquello que hacemos mal. En este caso, cabría comenzar por eliminar los ultraprocesados vinculados a los alimentos panificables (galletas, pan, snacks y cereales de desayuno).

Posteriormente eliminaremos la pasta y el arroz. Pero debe ir acompañado de un aumento ostensible de fruta y hortalizas, y no tanto de proteína animal.

Dieta paleo y ayuno intermitente

La dieta paleo es muy saciante. Por eso muchas personas la llevan a cabo durante su ayuno intermitente (solo comer durante un periodo determinado al día). Es una estrategia para perder peso y, con ello, grasa. Pero tiene el riesgo de que, al intentar un ayuno de muchas horas y poca ingesta calórica, terminemos ingiriendo una gran cantidad (atracón) de proteína animal y grasas.

Dieta paleo para adelgazar, ¿sí o no?

La experta asegura que “para adelgazar, perder grasa y mantenerse en un porcentaje de grasa adecuado no es necesario restringir ningún alimento, sino tener una buena conducta alimentaria y hábitos saludables”. Las dietas de exclusión, como la paleolítica, tienden a mantenerse durante un tiempo limitado y no fomentan hábitos saludables a largo plazo.

La curiosa relación entre dieta paleolítica y culturismo

Son muchos los culturistas que optan por este tipo de dieta. El motivo – relata Vanessa Blázquez- es que “el culturismo es un deporte en el que no se produce un gran gasto del glucogeno , como podría ocurrir en los atletas de deportes aeróbicos. Los culturistas necesita energia que puede provenir de las grasas. También proteína para ganar masa muscular  y alcanzar la hipertrofia muscular deseada. Por ese motivo y porque es una dieta relativamente sencilla de seguir, se opta por la dieta paleo o la dieta evolutiva”.

Menú semanal para una dieta paleolítica

Dependiendo del estilo de vida que cada uno lleve, requerirá más o menos planificación. Lo

Ideal para Blázquez sería “que pudiéramos comprar los alimentos frescos a diario, cocinarlos al instante y disfrutarlos inmediatamente”. Pero el día a día de la sociedad actual no siempre lo permite, por lo que es imprescindible planificar para asegurar una dieta equilibrada.

A continuación propone un posible menú semanal de dieta paleo. Con su desayuno paleo, almuerzo paleo y cena paleo. Cabe destacar que, a diferencia de la idea carnívora que se suele tener de esta dieta, se incluyen muchos platos de pescado azul (salmón, caballa, sardinas), rico en acidos grasos omega 3

EJEMPLO DE DIETA PALEO
Lunes: Desayuno: Huevos con setas y tomates Cherry. Fruta.Comida: Ensalada vegetal + Solomillo de cerdo + frutaCena: Vainas salteadas + Salmón plancha + fruta.  
Martes: Desayuno: Fruto secos con fruta trituradaComida: Ensalada completa con vegetales, aguacate, aceitunas, salmón ahumado, bonito y huevo cocido. Fruta Cena: Ensalada + Tortilla de gambas y ajos verdes. Fruta
Miércoles: Desayuno: Tortilla de espinacas. FrutaComida: menestra de verduras sin guisantes ni patata + pechuga de pollo + frutaCena: Verdel o Caballa con ensalada vegetal + fruta  
Jueves: Desayuno: Macedonia de frutas, frutos secos y semillasComida: Puré de verduras + Solomillo de cerdo con champiñones. FrutaCena: Ensalada vegetal + sardinas en aceite + fruta  
Viernes: Desayuno: Melón con jamónComida: Conejo al horno con verduras. FrutaCena: Ensalada de vainas con bonito en escabeche y huevo. Fruta

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Las dietas milagro y su falsa expectativa

Cada cierto tiempo, normalmente en primavera (coincidiendo con la «operación bikini») y después de los excesos navideños, nos encontramos con publicidad de nuevos métodos y productos que nos prometen deshacernos fácilmente de los kilos de más. Nos vienen rápidamente a la cabeza la dieta de la piña, la de la alcachofa, la famosa dieta Dukan, productos «captagrasas», batidos, pastillas «quemagrasas» y demás opciones a cuál más original.

Seguramente muchos de vosotros habéis recurrido en algún momento a alguno de estos productos o conocéis a alguien que lo haya hecho. ¿Recordáis el resultado? En el mejor de los casos fue bueno y no tuvo repercusiones para vuestra salud (aunque muy poco duradero con total seguridad: el peso perdido se recupera enseguida) pero debemos recordar que los riesgos son grandes y hay casos que han costado la vida a algunos consumidores. Concretamente este tipo de dietas y productos milagro pueden:

  • Provocar deficiencias de micronutrientes como vitaminas y minerales, que se traducen en síntomas tales como caída del cabello, debilidad de las uñas, mareos, astenia, etc. y/o situaciones de desnutrición.
  • Provocar cambios metabólicos que faciliten la ganancia de peso futura y aumenten la dificultad para perderlo (el conocido efecto «yo-yo» y situaciones donde parece que «engorda hasta el aire»).
  • Favorecer el desarrollo de trastornos de la conducta alimentaria (bulimia, anorexia, etc.), de enorme gravedad y peor pronóstico que la propia obesidad.
  • Empeorar el riesgo cardiovascular y, por lo tanto, favorecer la aparición de hipertensión, trombosis, infarto de miocardio, etc.
  • Transmitir mitos alimentarios y conceptos erróneos sobre la obesidad y su tratamiento.
  • Afectar negativamente al estado anímico y psicológico del paciente.

Para evitar caer en una dieta milagro es imprescindible saber reconocerla. Todas cumplen, al menos, una de estas características:

  • Prometen resultados rápidos.
  • Prometen resultados asombrosos o mágicos (ej.: «cura milagrosa», «ingrediente secreto», «antiguo remedio», «punto de estimulación del hambre», «termogénesis» etc.).
  • Prohíben el consumo de un alimento o grupo de alimentos.
  • Contienen afirmaciones que contradicen a colectivos sanitarios de reputación reconocida.
  • Incluyen relatos, historias o testimonios sin documentar, para aportar credibilidad.
  • Se pueden autoadministrar o implementar sin la participación de profesionales sanitarios cualificados («hágalo usted mismo»).
  • Contienen listados de alimentos buenos y malos.
  • Exageran o distorsionan la realidad científica de un nutriente o alimento.
  • Incluyen o se basan en el consumo de preparados que vende quien promueve el tratamiento dietético.
  • Los preparados a consumir (productos dietéticos o similares) tienen un coste muy elevado si los comparamos con el valor económico de obtener los mismos resultados comiendo alimentos comunes.
  • Garantizan los resultados o prometen devolver el dinero si no funciona.
  • Contienen afirmaciones que sugieren que el producto es seguro, ya que es natural.
  • Suelen desligarse de los posibles efectos adversos de su uso con frases parecidas a: «el autor o el fabricante no se responsabiliza de…».
  • Contienen conclusiones simplistas extraídas de un estudio científico complejo o recomendaciones basadas en estudios insuficientes o mal diseñados y que, por tanto, no son fiables. Muchas veces se venden como «gran descubrimiento científico».

La alimentación es un pilar básico de la salud y por ello debemos recurrir a profesionales sanitarios cualificados y formados para asesorar de forma individualizada a cada paciente que requiera modificar sus hábitos. Una de las funciones de los dietistas-nutricionistas es ayudar a perder peso sin riesgos, mediante la adopción de un estilo de alimentación saludable que pueda mantenerse en el tiempo y sin la necesidad de recurrir a ningún producto milagro. Como paciente, asegúrate siempre de que quien te atiende tiene la correspondiente titulación universitaria y está colegiado, y duda de aquellos que te vendan los productos que ellos mismos recomiendan.

 

Falsas expectativas

Los resultados del informe apuntan a que realizar dietas milagro se fundamenta principalmente en una “expectativa” de resultados, más que en una realidad, una circunstancia que a juicio de los autores del informe podría cambiar si hubiera “mayor conocimiento sobre los riesgos y los efectos secundarios” que tienen este tipo de dietas y si existiera “mayor atención de nutrición y dietética en los centros públicos de salud”, un dato al que se refieren 9 de cada 10 encuestados. Actualmente, la mitad de los entrevistados que ha hecho una dieta de este tipo en algún momento se debe a que alguien cercano (que la ha hecho o la está haciendo) se la ha recomendado.

Dukan y Detox, entre las más famosas

Tan solo 2 de cada 10 encuestados (22%) reconoce haber hecho una dieta milagro, un porcentaje similar al de personas que realizan otros tipos de dietas (27%) y que asciende a casi la mitad (45%) cuando se les pregunta si conocen a alguien de su entorno próximo que ha seguido una dieta milagro. Entre las dietas milagro más conocidas, destaca la Detox y la Dukan. El 8% de los entrevistados reconocen haber hecho esta última en algún momento.

Hasta seis meses haciendo dieta

El 81% de quienes han seguido una dieta milagro han realizado entre 1 y 3 dietas de media en los últimos años. La mayoría las hace entre una semana y un mes (40%), seguida de las personas que lo hacen entre tres y cuatro meses (31%) y las que emplean más de seis meses (13%). Según el informe, el porcentaje de personas que dedican más tiempo a hacerla se incrementa ligeramente con la edad.

Compra de productos

Las dietas milagro aparecen asociadas en la mayoría de casos a la compra de algún producto. Seis de cada 10 personas (56%) que han seguido una dieta milagro manifiestan haber adquirido productos concretos y considerados como necesarios para llevarla a cabo. De nuevo, las mujeres con menos ingresos y menor nivel educativo, representan el grupo de población que más consume estos productos para poder hacerla.

Enfermedad cardiovascular y depresión

Los expertos ponen de manifiesto que las dietas milagro pueden tener efectos negativos sobre la salud. Entre ellos destacan el aumento del riesgo de mortalidad total y en particular, por enfermedad cardiovascular; y aumento del riesgo de daño hepático y renal, entre otras. También destaca el llamado “efecto yo-yo”, que consiste en recuperar el peso perdido (o incluso más) una vez se abandona la dieta y el programa de pérdida de peso

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Alimentación y fertilidad

La fertilidad está influenciada por diversos factores, y la alimentación juega un papel clave en la salud reproductiva tanto en mujeres como en hombres. En el centro de nutrición, los especialistas pueden ayudar a mejorar la fertilidad mediante hábitos alimenticios adecuados, ajustando la dieta a las necesidades individuales y fortaleciendo el organismo para concebir de manera saludable.
El nutricionista recomienda ciertos nutrientes esenciales para optimizar la fertilidad como el ácido fólico que favorece la salud del sistema reproductivo y es clave para prevenir malformaciones en el embarazo. Se encuentra en verduras de hoja verde, legumbres y frutos secos los antioxidantes que protegen las células reproductivas del daño oxidativo y se encuentran en frutas como fresas, arándanos y cítricos, el omega-3 que mejora la calidad de los óvulos y espermatozoides. Se obtiene de pescados grasos, semillas de chía y nueces, y el hierro y zinc que favorecen la ovulación y mejoran la calidad del esperma que se encuentra presentes en carnes magras, mariscos y legumbres.
La nutrición también influye en el equilibrio hormonal, clave para la fertilidad.
Se recomienda reducir el consumo de ultraprocesados, que pueden afectar el metabolismo hormonal, incluir proteínas de calidad, como pescado, huevos y lácteos, para regular la producción de hormonas mantener niveles adecuados de insulina, evitando el exceso de azúcar y carbohidratos refinados.
Además de la alimentación, el nutricionista aconseja adoptar hábitos saludables, como mantenerse hidratado, ya que el agua es clave en todos los procesos del cuerpo, practicar actividad física, para mejorar la circulación y la salud hormonal y dormir bien, porque el descanso influye en el equilibrio hormonal.
Un nutricionista puede ser un gran apoyo para quienes buscan mejorar su fertilidad. Con una dieta equilibrada y hábitos saludables, es posible optimizar las condiciones para concebir de forma segura y saludable.
En definitiva, acudir a un nutricionista es una decisión inteligente para quienes buscan mejorar su fertilidad de manera natural. Con la orientación adecuada, se pueden realizar ajustes en la dieta y el estilo de vida que beneficien la salud reproductiva a largo plazo, aumentando las posibilidades de concebir de manera sana y equilibrada.
Cuidar la alimentación es cuidar la fertilidad, y un nutricionista es el mejor aliado para lograrlo, Tu cuerpo es el reflejo de los hábitos que cultivas, y la nutrición es la clave para desbloquear un futuro lleno de energía, salud y vitalidad, imagina que tu organismo es un jardín, si quieres que florezca, debes nutrirlo con los mejores elementos, aquí es donde un nutricionista se convierte en tu guía, recomendando los alimentos adecuados para fortalecer la calidad de los óvulos y espermatozoides, equilibrar las hormonas y preparar tu cuerpo para una gestación sana.
Tu futuro empieza en lo que comes hoy. ¡Haz de la nutrición tu mejor aliada para cumplir tus sueños!

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¿Cómo comer antes de entrenar?

Consumir los alimentos adecuados antes de entrenar es esencial para obtener energía, mejorar el rendimiento y evitar fatiga, los nutricionistas recomiendan elegir opciones equilibradas según el tipo de ejercicio y las necesidades de cada persona.
Un nutricionista aconseja alimentos que aporten energía y favorezcan el rendimiento como los carbohidratos saludables que son la principal fuente de energía las proteínas que ayudan a proteger los músculos y mejorar la recuperación, y las grasas saludables en pequeñas cantidades, pueden dar energía prolongada.
Puedes optar por avena, pan integral, frutas o arroz, aguacate, frutos secos y aceite de oliva e incluyen yogur, huevos, frutos secos o pechuga de pollo.
Si comes 2-3 horas antes, elige una comida completa con carbohidratos, proteínas y grasas saludables. Si comes 30-60 minutos antes, opta por alimentos ligeros como un plátano, yogur, batidos naturales o frutos secos.
Por el contrario los alimentos muy grasosos o pesados, que pueden causar digestión lenta, el azúcar en exceso, que provoca picos de energía y fatiga posterior, las comidas picantes o muy condimentadas, que pueden causar molestias digestivas y las bebidas gaseosas y alcohol, afectan el rendimiento y la hidratación
El agua es fundamental en la alimentación antes de entrenar una buena hidratación, ya que influye directamente en el rendimiento y la recuperación. Ya que regula la temperatura corporal, evitando el sobrecalentamiento, mejora la circulación sanguínea, ayudando a que los músculos reciban oxígeno y nutrientes de manera eficiente, previene la fatiga, ya que la deshidratación puede causar cansancio y disminuir la fuerza, y facilita la digestión, permitiendo que los nutrientes de los alimentos sean mejor absorbidos.
Siendo recomendable beber 500 ml de agua unas 2 horas antes del ejercicio, y luego un vaso adicional 30 minutos antes para asegurarse de estar bien hidratado. Además, durante el entrenamiento, es importante seguir tomando pequeñas cantidades de agua para reponer lo que se pierde con el sudor.
En conclusión una alimentación adecuada antes del ejercicio mejora la energía, resistencia y recuperación, un especialista puede diseñar un plan ajustado a cada persona y tipo de entrenamiento, asegurando mejores resultados y bienestar y siguiendo estas pautas, tu entrenamiento será más efectivo y te sentirás mejor.
Comer bien antes del ejercicio no solo mejora el desempeño, sino que también contribuye a una vida más saludable y activa.
¡Prepararte con los alimentos adecuados te ayudará a dar lo mejor en cada entrenamiento!

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¿De qué se alimenta la bacteria Helicobacter Pylory?

La Helicobacter pylori se alimenta principalmente de la mucosa gástrica, que es la capa protectora del estómago, dentro de esta mucosa, la bacteria utiliza aminoácidos, azúcares, lípidos y proteínas como fuente de energía.
Además, esta bacteria tiene una estrategia especial para sobrevivir en el ambiente ácido del estómago: produce una enzima llamada ureasa, que convierte la urea en amoníaco, neutralizando el ácido y creando un entorno más favorable para su supervivencia, también se alimenta de los jugos gástricos y nutrientes que se liberan cuando los alimentos se descomponen en el estómago todo ello conlleva a que su presencia puede causar problemas digestión como dolor de estómago, gastritis o úlceras.
Si tienes dudas sobre cómo prevenir o tratar una infección por Helicobacter pylori, lo mejor es consultar a un especialista.
El nutricionista puede ser clave en la prevención y tratamiento de la infección por Helicobacter pylori, ayudando a fortalecer el sistema digestivo y reducir el riesgo de complicaciones
Algunos alimentos tienen propiedades naturales que pueden ayudar como las frutas y verduras ricas en antioxidantes, como brócoli, manzana y zanahoria el ajo y cebolla, con efectos antibacterianos naturales el té verde y aceite de oliva, que pueden ayudar a reducir el crecimiento de la bacteria los Probióticos como el yogur natural y el kéfir, que fortalecen la flora intestinal.
Por otro lado, es recomendable evitar alimentos que irriten el estómago, como picantes, alcohol, café en exceso y comidas ultraprocesadas.
El nutricionista puede recomendar hábitos saludables para prevenir la infección y mejorar la digestión como comer de forma equilibrada, asegurando una buena combinación de nutrientes y mantener horarios regulares de comida, para no alterar la digestión, reducir el estrés, ya que la ansiedad puede afectar el funcionamiento del estómago y beber suficiente agua, para facilitar la digestión y proteger la mucosa gástrica.
El nutricionista puede diseñar un plan de alimentación personalizado, adaptado a cada persona según su situación, puede ayudar a mejorar la digestión y evitar hábitos que favorezcan la bacteria, como el consumo excesivo de azúcares o el estrés.
Además el nutricionista a ayuda a prevenirla manteniendo un equilibrio en la flora intestinal, fortaleciendo el sistema inmune con una alimentación adecuada y promoviendo buenas prácticas, pudiendo trabajar junto con el médico para ajustar la dieta según tus síntomas necesidades. Combatir Helicobacter pylori no solo depende de medicamentos, sino también de un buen cuidado digestivo aunque los antibióticos son clave en el tratamiento.
Una buena alimentación y hábitos saludables pueden marcar la diferencia en la recuperación y prevención

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Leche de Vaca vs. Bebidas Vegetales

Cuando pensamos en qué tomar con nuestro café o qué usar en nuestras recetas, la leche de vaca y las bebidas vegetales son opciones populares. Pero, ¿cómo saber cuál es mejor para cada persona? Aquí es donde entra la orientación de un nutricionista, quien puede ayudarte a elegir según tus necesidades.
La alimentación evoluciona constantemente, y la elección entre leche de vaca y bebidas vegetales se ha convertido en un tema de interés. Cada opción tiene sus ventajas y características, y la mejor elección depende de varios factores, como necesidades nutricionales, restricciones dietéticas y preferencias personales.
Un nutricionista puede guiarte para tomar la mejor decisión según tu estilo de vida y tus objetivos de salud. Lo más importante es elegir de manera informada y mantener una alimentación equilibrada.
Un nutricionista recomienda la leche de vaca si buscas una fuente natural de proteínas, calcio y vitamina D, todos esenciales para la salud de los huesos y un adecuado desarrollo muscular. Además, contiene otros nutrientes como fósforo y vitamina B12, importantes para el organismo.
Sin embargo, no todos pueden consumirla sin problemas. La intolerancia a la lactosa y alergias a la proteína de la leche hacen que algunas personas busquen alternativas. Además, algunos consumidores prefieren evitar productos de origen animal por razones éticas o ambientales o tienen dificultades digestivas con la leche de vaca, las bebidas vegetales pueden ser una buena opción. Hay muchas variedades, como soja, almendra, avena, arroz y coco, y cada una tiene beneficios distintos:
Existen opciones como la leche de almendra que es ligera y con un sabor suave. Leche de soja aporta proteínas parecidas a las de la leche de vaca, la leche de avena contiene fibra, ideal para el sistema digestivo y la leche de coco es cremosa y excelente para cocinar.
El nutricionista juega un papel fundamental en la salud y bienestar de las personas, ayudando a adoptar hábitos alimenticios adecuados según sus necesidades y objetivos, no se trata solo de seguir una dieta, sino de entender cómo la alimentación impacta en el cuerpo, la energía y la calidad de vida, puede recomendar leer las etiquetas, ya que algunas versiones tienen azúcares añadidos o menos nutrientes, algunas están enriquecidas con calcio y vitamina D para ser más similares a la leche de vaca.
No hay una respuesta única, ya que depende de las necesidades de cada persona, si buscas proteínas y calcio, la leche de vaca o la bebida de soja pueden ser buenas opciones o si prefieres algo más liviano y sin lactosa, las bebidas vegetales pueden funcionar mejor.
En definitiva, acudir a un nutricionista es una inversión en salud. Con su asesoría, es posible mejorar la alimentación de manera sostenible, disfrutando de una vida más equilibrada y saludable.

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PAPEL DE LA CULPA CUANDO COMES

La culpa al comer puede influir en nuestro estado emocional, pues la ansiedad o el estrés se puede confundir con el hambre, lo cual nos afecta tanto a la salud mental como física, por comer ciertos alimentos provocando episodios de atracones o restricciones excesivas en lugar de disfrutar de la comida,

La presión social y cultural y los estándares de belleza o salud impuestos pueden generar culpa si sentimos que nuestros hábitos alimenticios no cumplen con ellos.

Una alimentación saludable es clave con la ayuda de un profesional nutricionista, abordar esta emoción es crucial para fomentar hábitos saludables 

La culpa puede llevar a comportamientos extremos, como restricciones alimentarias, atracones o ciclos de dieta que perpetúan una relación tensa con la comida, en lugar de ver la comida como fuente de nutrición y placer, se convierte en un motivo de juicio y autocastigo. 

Con los profesionales expertos en nutrición aprenderás pautas a identificar la diferencia de hambre y saciedad, antes, durante y después de comer y que todos los alimentos pueden formar parte de la alimentación para poder guiarte a través de la educación alimentaria a sentirte mejor y disfrutar del placer de la comida, aprendiendo que todos los alimentos tienen un lugar en una dieta equilibrada y que ningún alimento «es malo» en moderación.

Desmontan mitos sobre la comida y la necesidad de perfección en la dieta restricciones alimentarias, dietas extremas o reglas estrictas suelen llevar a «transgresiones» que desencadenan culpa.

Autoexigencia excesiva: Tener expectativas poco realistas sobre el propio cuerpo o hábitos alimenticios intensifica la culpa.

Disfrutando de la comida y ayudan a redefinir el acto de comer como un momento de conexión con el cuerpo ya la culpa puede contribuir a trastornos como ansiedad, depresión o trastornos de la conducta alimentaria.

Dedica tiempo a saborear los alimentos, comer despacio y prestando atención a cada bocado permite disfrutar plenamente de los sabores, texturas y aromas, masticar lentamente también ayuda a que el cerebro registre la saciedad, evitando comer en exceso y reduciendo así la probabilidad de sentir remordimientos.

 

«No viniste al mundo a contar calorías, viniste a vivir. Come, disfruta, sigue adelante.»


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EL SUEÑO SE PUEDE MEJORAR CON LA ALIMENTACION

El sueño es un pilar fundamental para la salud, ya que influye en la regeneración celular, el equilibrio hormonal y el bienestar general. La nutrición juega un papel clave en la calidad del descanso, ya que ciertos alimentos pueden favorecer la producción de hormonas del sueño y mejorar la relajación, mientras que otros pueden interferir en el proceso de conciliación del sueño.

Mejorar el sueño a través de la alimentación es una estrategia efectiva y natural.

La alimentación tiene gran importancia a la hora de conciliar el sueño y la calidad de vida, por otro lado los malos hábitos alimenticios están afectando cada vez más nuestra capacidad para descansar.

Por lado la falta de nutrientes (triptófano o magnesio) consumo de cafeína, alcohol, cenas ricas en grasas o muy picantes pueden alterar el sueño.

Recomendaciones Nutricionales para un Mejor Descanso

  • Algunos alimentos mejoran el sueño como la leche o infusiones, los huevos, el plátano, las almendras, los cereales etc.
  • Cena ligera y equilibrada, optar por una combinación de proteínas magras, carbohidratos complejos y grasas saludables.
  • Evitar cenas muy tarde, lo ideal es cenar al menos 2-3 horas antes de dormir.
  • Hidratación adecuada: Evitar el exceso de líquidos antes de acostarse para prevenir despertares nocturnos.
  • Infusiones relajantes como la manzanilla, valeriana o tila pueden ayudar a preparar el cuerpo para el descanso.
  • La nutrición adecuada puede marcar una gran diferencia en la calidad del sueño.
  •  Adaptar la dieta a las necesidades del organismo permite optimizar el descanso y mejorar la salud en general.

Alimentos y Bebidas que Perjudican el Sueño

  • Cafeína y estimulantes, como en el café, té negro, refrescos y chocolate, pueden interferir en el sueño si se consumen en la tarde o noche.
  • Azúcares refinados ya que provocan picos de glucosa que pueden generar insomnio y despertares nocturnos.
  • Comidas pesadas y grasas como fritos, embutidos y comidas muy condimentadas dificultan la digestión y pueden interrumpir el descanso.
  • Alcohol puede inducir somnolencia, altera las fases profundas del sueño, reduciendo su calidad.

Consejos

ME LEVANTO POR LAS NOCHE A COMER ¿ QUE HAGO ?

Esto se puede clasificar como el síndrome del comedor nocturno

Quienes lo padecen experimentan una gran ansiedad por comer por la noche. Pueden levantarse incluso varias veces de la cama a comer de forma descontrolada. Esta situación puede propiciar un aumento de peso e, incluso, aumentar el riesgo de diabetes y otras alteraciones.

 

Síntomas característicos pueden ser:

 

Hambre nocturna

Despertarse a medianoche con hambre o dificultad para dormir junto con la creencia de que, si no come, no podrá dormirse. También se produce una fuerte necesidad de comer después de la cena y a la hora de acostarse.

Elevada ingesta calórica por la noche

Ingerir más del 25% de la ingesta calórica después de la cena 

En repetidas ocasiones

Levantarse de la cama a comer varias veces durante la noche. “Y sufre este episodio más de dos veces por semana”

Alimentos estrella en las grandes ingestas nocturnas

En estos atracones se suelen preferir alimentos ricos en carbohidratos. Sobre todo, refinados, ricos en azúcares y grasas, como snacks y bollería. Los dulces intervienen en el sistema de recompensa cerebral en momentos de ansiedad aumentando la serotonina. 

Normalmente los alimentos se toman en forma de bocados, snacks o picoteos no demasiado grandes.

La ingesta ronda las 300kcal de media 

Precisamente esta forma de realizar las ingestas en pequeñas cantidades es una de las diferencias con el trastorno por atracón.

Consecuencias para los comedores nocturnos

Al comer de forma descontrolada por la noche se acaba comiendo mucho más de lo necesario al cabo del día. Con el agravante de que se trata de una alimentación desequilibrada y poco saludable. 

Además, aumenta el riesgo de caer en otros trastornos de la conducta alimentaria.

Y, por supuesto, conlleva una importante falta de descanso.

Algunos estudios revelan que desplazar las ingestas hacia la noche perjudica la flexibilidad metabólica. Esto altera el metabolismo de la glucosa y provoca una mayor resistencia a la insulina. El resultado puede ser un aumento de la grasa corporal y con ello un aumento de peso además de un riesgo a padecer diabetes 

Tratamiento multidisciplinar  

Los trastornos de la conducta alimentaria suelen requerir un abordaje multidisciplinar entre el psicólogo y el nutricionista. No hay una varita mágica, ni un método único e infalible sobre cómo evitar los atracones nocturnos.

Corresponde al psicólogo analizar los pensamientos, emociones o preocupaciones que subyacen bajo esa conducta y reconducirlos adecuadamente. Los estudios revelan que estos pacientes suelen presentar mayores índices de depresión, estrés post traumático, baja autoestima u otros problemas de salud mental.

La terapia suele incluir técnicas para aprender a gestionar el estrés y relajación progresiva muscular. “Si es necesario, se puede llegar a administrar fármacos antidepresivos del grupo de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina”, señala. El objetivo de estos medicamentos es, entre otros, reordenar los ritmos circadianos.

El dietista-nutricionista, por su parte, revisará los patrones de alimentación y establecer una estrategia nutricional personalizada para equilibrar las ingestas durante todo el día. Esta estrategia debe implementarse de forma progresiva, evitando los reproches, la culpa o las restricciones muy estrictas de forma inmediata. 

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