Consejos

Alimentación e Hipertensión: Cómo Nutrieat Puede Ayudarte a Cuidar Tu Salud

🫀 Alimentación e Hipertensión: Cómo Nutrieat Puede Ayudarte a Cuidar Tu Salud

La hipertensión arterial, conocida como “el asesino silencioso”, afecta a millones de personas en todo el mundo, muchas veces sin presentar síntomas evidentes. En Nutrieat, creemos firmemente que la alimentación es una herramienta poderosa para prevenir, controlar e incluso revertir esta condición. En este artículo, te explicamos cómo la nutrición adecuada puede ayudarte a mantener tu presión arterial bajo control y mejorar tu calidad de vida.


¿Qué es la hipertensión?

La hipertensión es una elevación sostenida de la presión arterial por encima de los valores normales (por lo general, 140/90 mmHg o más). Esta condición aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares, insuficiencia renal y otras complicaciones graves.


Alimentación: tu mejor aliada contra la hipertensión

La buena noticia es que pequeños cambios en tu estilo de vida, especialmente en la forma en que te alimentas, pueden marcar una gran diferencia. Aquí te contamos cómo:

1. Reduce el consumo de sodio (sal)

El exceso de sal es uno de los principales enemigos de la presión arterial. Se recomienda consumir menos de 2.300 mg de sodio al día (idealmente menos de 1.500 mg si ya tienes hipertensión).

🔸 Tips Nutrieat:

  • Reemplaza la sal con especias naturales como ajo, cúrcuma, orégano y limón.

  • Lee las etiquetas de los productos procesados: muchos contienen sodio oculto.

  • Evita alimentos enlatados, embutidos, snacks salados y comidas rápidas.

2. Aumenta el consumo de frutas y verduras

Estos alimentos son ricos en potasio, magnesio y fibra, nutrientes que ayudan a regular la presión arterial.

🔸 Recomendaciones:

  • Incluye al menos 5 porciones de frutas y verduras al día.

  • Prioriza vegetales de hoja verde, plátano, aguacate, zanahoria, brócoli y cítricos.

3. Elige grasas saludables

Las grasas saturadas y trans pueden endurecer las arterias y elevar la presión. Por el contrario, las grasas insaturadas (como las del aceite de oliva, nueces y pescado azul) protegen el corazón.

🔸 ¿Qué evitar?

  • Frituras, mantequilla, margarina industrial, pasteles y comidas ultraprocesadas.

4. Cuida tu peso corporal

El sobrepeso y la obesidad están directamente relacionados con un mayor riesgo de hipertensión. Una pérdida moderada de peso puede tener un gran impacto positivo.

🔸 ¿Sabías que…?
Perder tan solo 5 kg puede reducir significativamente tus niveles de presión arterial.

5. Modera el consumo de alcohol y cafeína

Ambos pueden elevar temporalmente la presión arterial, especialmente si se consumen en exceso.


¿Qué puede hacer Nutrieat por ti?

En Nutrieat, diseñamos planes de alimentación personalizados enfocados en el control de la hipertensión, basados en evidencia científica y adaptados a tu estilo de vida.

✅ Te ayudamos a:

  • Identificar los alimentos que debes priorizar o evitar.

  • Aprender a leer etiquetas nutricionales.

  • Crear hábitos sostenibles para cuidar tu salud a largo plazo.

  • Monitorear tus progresos y ajustar tu dieta según tus necesidades.


Alimentarse bien es vivir mejor

La hipertensión no tiene por qué ser una sentencia. Con el acompañamiento adecuado y una alimentación consciente, puedes tomar el control de tu salud cardiovascular. En Nutrieat estamos aquí para acompañarte en cada paso de tu camino hacia una vida más saludable.

🧡 ¡Tu corazón te lo agradecerá!

Consejos

COMO TRATAR LA HIPERTENSIÓN

La dieta DASH esta orientada para regular la hipertensión a través de la dieta. Con este plan dietético, se quiere conseguir la disminución del sodio en la dieta por debajo de niveles de 2,3 gramos, hasta 1,5 en la más baja en sodio. También se quiere a su vez, aumentar el consumo de calcio, magnesio y potasio, que tienen relación respecto a la mejora de la hipertensión.

Este tipo de plan dietético, es planteado con una disminución de productos procesados y precocinados, y a su vez aumentar el consumo de verduras, cereales integrales, frutas, pescados, frutos secos y carnes blancas, junto con el aumento de consumo de lácteos principalmente desnatados.

Este tipo de plan, también puede ayudar a bajar el colesterol, relacionado con enfermedades cardiacas (LDL), y dado que es un patrón bastante saludable, se podría utilizar en personas que puedan padecer diabetes, otro tipo de dislipemia, o que no tengan ningún tipo de patología.

El colesterol elevado y la HTA, son dos grandes factores de riesgos para la enfermedad cardiaca y accidentes cerebrovasculares (ACV).

Restringiremos también los alimentos con alto contenido en sal, grasas saturadas y azucares añadidos. Para reducir el consumo de sal, se recomienda:

  • Leer bien las etiquetas de los alimentos, y escoger opciones con bajo contenido en sodio y sin sales añadidas.
  • No añadir sal al cocinar, y optar por otro tipo de especias.
  • Escoger carnes blancas sin piel, pescados y cortes de carne sin grasa.
  • Añadir en la dieta mas verduras y frutas frescas.
  • Procurar no comer demasiado fuera de casa, y si es necesario, pedir platos sin sal.

Dentro de las recomendaciones generales según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, nos encontramos:

  • Controlar la sal para cocinar, utilizando menos de 3 gramos al día.
  • Evitar añadir a las comidas las típicas pastillas de concentrado de carne o pescado.
  • Evitar productos precocinados y ultra procesados.
  • Emplear en sustitución de la sal, especias para dar mas sabor al alimento, junto con hierbas aromáticas (pimienta, pimentón, limón, ajo, cebolla, perejil, laurel, tomillo…).
  • Evitar bebidas con gas y estimulantes.
  • Utilizar técnicas culinarias como la plancha, asado, horno, vapor, microondas, y evitar las frituras, rebozados y empanados.
  • Tomar una correcta cantidad de agua al día, mínimo 8 vasos.
  • Consumir pescado frecuentemente y carnes blancas. Limitar las carnes rojas a 1 o 2 veces por semana.
  • Tomar mínimo 3 piezas de fruta al día, preferiblemente enteras y no en zumo.
  • Tomar 2 o 3 lácteos desnatados al día.