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¿Sufres de retención de liquidos en verano , te ayudo a combatirlo?

La expresión «retengo líquidos» es repetida a menudo en las consultas de nutrición y esta suele darse cuando hay una ganancia de peso corporal. Pero, ¿qué es realmente la retención de líquidos?, ¿qué pasa en nuestro organismo?

El agua es el componente básico más importante del cuerpo humano y supone de media el 60% del peso en los adultos. Dos terceras partes del agua está dentro de las células, y el tercio restante, repartida entre los vasos sanguíneos, los vasos linfáticos y los espacios entre células y órganos. El agua de ambos compartimentos (el espacio intracelular y el espacio extracelular) contiene sustancias disueltas que contribuyen al equilibrio hídrico.

La necesidad diaria de agua está determinada por la cantidad que se pierde y se metaboliza, y por la que se intercambia con el exterior, la cual depende de factores como la temperatura ambiental, el gasto energético, la actividad física o la composición de la dieta. Las necesidades de ingesta de agua también están determinadas por la edad, el sexo, el peso corporal, y las alteraciones relacionadas con la salud (p.ej. fiebre, vómitos y diarrea).

Cómo se consigue el equilibrio hídrico

Nuestro cuerpo en condiciones normales gana y pierde agua a diario. Para mantener el volumen de líquidos corporales las ganancias y las pérdidas deben equilibrarse entre sí. Esto es importante, ya que el cuerpo no tiene la capacidad de almacenar agua.

Ingresamos agua a través de bebidas, alimentos y por la transformación de nutrientes en energía (agua de oxidación); y la perdemos por la respiración, las heces, la transpiración, sudoración y la orina.

El balance hídrico depende sobre todo de la ingesta de agua y la producción de orina. El tubo digestivo, los riñones y el encéfalo mantienen el contenido de agua corporal relativamente constante. Los mecanismos que sostienen el equilibrio hídrico dependen de varias hormonas, entre las que se incluyen la hormona antidiurética (vasopresina), la aldosterona, la angiotensina II, la cortisona, la noradrenalina y la adrenalina. La sed está regulada por el hipotálamo y controla la ingesta de agua en los individuos sanos.

Principales factores para la retencion de liquidos 

  • Cambios hormonales (menopausia, menstruación).
  • Ciertos medicamentos.
  • Dieta inadecuada (exceso de sal, déficit de proteínas, poca ingesta de agua).
  • Falta de ejercicio físico.
  • Estrés o ansiedad.
  • Falta de sueño.
  • Exceso de calor.

Toma nota de estos consejos para combatir la retención de líquidos:

  1. Mantén una alimentación variada y equilibrada en minerales

Opta por alimentos ricos en magnesio y potasio, como frutas (uva, naranja, frutos rojos), verduras (pimiento, espinacas, zanahorias), cereales integrales, frutos secos, legumbres, semillas y chocolate con más del 85% de cacao. Estos nutrientes ayudan a regular la hidratación y promueven la diuresis.

  1. Modera la ingesta de alimentos ricos en sodio

Evita los alimentos ultra procesados y precocinados, así como salsas, conservas, aperitivos salados, quesos grasos y embutidos, ya que el exceso de sodio favorece la retención de líquidos. En lugar de sal, usa especias como ajo, comino, pimienta negra u orégano para dar sabor a tus platos.

  1. Reduce hábitos tóxicos

El alcohol y el tabaco son nocivos para el organismo y pueden empeorar la retención de líquidos. Redúcelos o elimínalos para mejorar tu bienestar general.

  1. Realiza actividad física diaria

Dedica al menos 30 minutos diarios a caminar o practicar alguna actividad física. El ejercicio ayuda a activar la circulación y la función renal, combatiendo el sedentarismo, uno de los principales enemigos de la retención de líquidos.

  1. Mantén una hidratación adecuada

Bebe al menos un litro y medio de agua al día. Lleva siempre contigo una botella de agua y, si te resulta difícil, opta por infusiones, tés fríos o zumos de frutas y vegetales frescos.

  1. Evita la ropa ajustada

La ropa muy apretada puede perjudicar la circulación sanguínea. Prefiere prendas cómodas y evita pantalones, vestidos y medias de compresión que sean muy ceñidos.

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ALIMENTACION Y LIPEDEMA

 

ALIMENTACION PARA LIPEDEMA

 

El lipedema es una enfermedad común, frecuentemente subdiagnosticada, crónica y progresiva, que genera un gran deterioro en la calidad de vida. Consiste en el depósito anormal de tejido adiposo subcutáneo principalmente en las extremidades inferiores, afectando casi exclusivamente a mujeres.

Se sabe que nuestro tejido graso o adiposo puede aumentar por medio de dos principales mecanismos, la hipeplasia, cuando se da un aumento en el número de células grasas (adipocitos), o por hipertrofia, cuando se produce un aumento del tamaño de estas. Siendo el primer proceso más característico en etapas de crecimiento y el segundo durante la edad adulta.

La hipertrofia de los adipocitos se asocia a una alteración en su funcionalidad y al desarrollo de patologías asociadas a obesidad. Usualmente el incremento patológico de tejido adiposo se acompaña de un aumento en el reclutamiento de células inmunes con potencial proinflamatorio, contribuyendo así a la aparición de inflamación subclínica crónica. Igualmente, el exceso de tejido adiposo producirá una alteración en la producción de ciertas proteínas presentes, ocasionando una disminución de la flexibilidad del tejido, contribuyendo así a su disfunción e inflamación.

Etimológicamente el nombre lipedema proviene de las palabras lipos (grasa) i oídema (inflamación), lo cual nos da información sobre una de las principales características de este trastorno, y es que cursa con un grado de inflamación aumentado. Si bien es cierto que actualmente no está demostrado cual es el origen del lipedema y se desconoce con exactitud si el aumento anormal de tejido adiposo que se produce se debe mayoritariamente a procesos de hiperplasia o hipertrofia, el lipedema, por ser una condición en la que existe un exceso de tejido adiposo, además alterado, se caracteriza por la presencia de un estado de inflamación crónica que nos interesará minimizar.

Cabe destacar que estas células adiposas afectadas por lipedema presentan una respuesta muy limitada a estrategias habituales para la reducción de tejido adiposo como son las restricciones dietéticas y la realización de ejercicio físico, pero sin lugar a dudas seguir una pautas de alimentación adecuadas y mantener una vida activa tendrá un impacto positivo en la salud y calidad de vida de la mujer que padece de lipedema.

Clasificación por tipo de lipedema

Según la distribución del acúmulo de tejido adiposo asociado a lipedema, la cual podría ir evolucionando, podemos llegar a clasificar distintos tipos de lipedema:

  • Tipo I: acúmulo en caderas, nalgas y pelvis.
  • Tipo II: acúmulo en caderas hasta las rodilla.
  • Tipo II: acúmulo en caderas hasta los tobillos.
  • Tipo IVa: acúmulo solo en brazos (poco frecuente).
  • Tipo IVb: acúmulo solo en pantorrillas (poco frecuente).
  • Tipo V: acúmulo en caderas a tobillos y brazos

Más comúnmente, el lipedema se suele clasificar según el grado de afectación:

  • Grado I: La superficie de la piel es normal y el tejido adiposo tiene una consistencia blanda, pudiéndose palpar pequeños nódulos.
  • Grado II: La superficie de la piel es irregular y dura debido al incremento de la estructura nodular.
  • Grado III: La superficie de la piel está deformada por el tejido adiposo, especialmente en caderas y tobillos. Se pueden palpar nódulos que varían en tamaño.

La dieta RAD (Rare Adipose Disease) puede mejorar esta situación patológica.

Es una dieta por potencial antiinflamatorio.

Potencia el consumo de alimentos frescos y de temporada.

  • Se debe reducir el consumo de alimentos procesados envasados (así evitamos los xenobiótico y disruptores endocrinos), consumo de aditivos (especialmente edulcorantes y colorantes) y de alimentos ultraprocesados.
  • Reducir el consumo de sal
  • Al menos 5 raciones de frutas y verduras frescas, priorizando el consumo en crudo para así aumentar el valor nutricional
  • Evitar el consumo de cereales refinados
  • Incluir legumbres y granos enteros
  • Alimentos ricos en omega 3: pescados azules de tamaño pequeño, semillas.
  • Grasas de calidad
  • Carnes magras, huevos y pescados
  • Evitar el consumo de alcohol y bebidas azucaradas o edulcoradas
  • Lácteos de vaca en general desaconsejados.
  • Valorar dieta sin gluten o con baja carga de gluten si existen síntomas digestivos.

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¿Tomar ensalada por la noche fomenta la retención de líquidos?

¿Tomar ensalada por la noche fomenta la retención de líquidos?

La idea de que comer ensalada por la noche causa retención de líquidos es más un mito que una realidad absoluta. No obstante, ciertos factores pueden influir en cómo el cuerpo responde a la ingesta de vegetales en la cena, como la composición de los ingredientes, la hidratación y las condiciones individuales de cada persona.

Comer ensalada por la noche no causa retención de líquidos por sí mismo, pero ciertos ingredientes y hábitos pueden influir en esta sensación. Un nutricionista puede guiarte para elegir opciones más adecuada, orientándote en la  comprensión de los distintos factores que pueden influir en la retención de líquidos, ayudándote a tomar decisiones más informadas sobre los factores que pueden influir en la retención de líquidos como:

La hidratación y digestión: Las ensaladas están compuestas principalmente por vegetales crudos, ricos en agua y fibra, lo que favorece la hidratación y el tránsito intestinal. Sin embargo, en personas con sensibilidad digestiva, el consumo nocturno de vegetales crudos puede generar distensión abdominal o sensación de hinchazón temporal.

El sodio y aditivos: La verdadera causa de la retención de líquidos suele estar asociada al exceso de sodio, presente en aderezos comerciales, quesos curados o ingredientes procesados que se añaden a las ensaladas. Por ello, en consulta se recomienda evitar salsas industriales y optar por aceites saludables como el de oliva.

La presencia de carbohidratos refinados: Si la ensalada contiene pan blanco o salsas comerciales, el exceso de carbohidratos refinados puede provocar una mayor retención de líquidos debido a su impacto en los niveles de insulina y la absorción de agua por las células.

El metabolismo nocturno: Aunque el metabolismo no se «detiene» por la noche, sí se ralentiza, por lo que algunas personas pueden sentir más pesadez si consumen grandes cantidades de fibra en la cena. En estos casos, los nutricionistas aconsejan incluir vegetales cocidos en lugar de crudos como zanahoria o calabacín al vapor.

Desde el punto de vista de la nutrición, la ensalada nocturna no es responsable directa de la retención de líquidos, ya que no hay evidencia sólida que demuestre que comer ensalada por la noche cause retención de líquidos por sí misma hay que en entender que cada persona tiene una respuesta única a los alimentos, por lo que en los centros de nutrición se recomienda evaluar hábitos individuales para ajustar la dieta de manera personalizada.

 

La clave no es la ensalada, sino los ingredientes y tu cuerpo, pero  si eliges ingredientes frescos y bien equilibrados, ¡tú digestión, tú cuerpo y bienestar te lo agradecerán!