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Cómo Fomentar una Buena Alimentación y una Relación Saludable con la Comida en los Niños – Guía para Padres

🧒🥦 Cómo Fomentar una Buena Alimentación y una Relación Saludable con la Comida en los Niños – Guía para Padres | Nutrieat

Como padres, uno de los mayores deseos es que nuestros hijos crezcan sanos, fuertes y felices. La alimentación juega un papel fundamental en su desarrollo físico y emocional. En Nutrieat, vemos a diario cómo una buena relación con la comida desde la infancia previene problemas como el sobrepeso, la ansiedad alimentaria o el rechazo a ciertos alimentos en el futuro.

Por eso, hoy queremos compartirte herramientas prácticas para promover una alimentación equilibrada y una conexión positiva con los alimentos en casa.

🍎 1. Da el ejemplo: tus hábitos enseñan más que tus palabras

Los niños aprenden observando. Si te ven comer frutas, verduras, disfrutar tus comidas sin culpa, y evitar comentarios negativos sobre tu cuerpo o el de los demás, lo adoptarán como normal.

Evita frases como:

  • “Esto engorda.”

  • “Comí fatal hoy.”

  • “Voy a saltarme la cena para compensar.”

💡 En su lugar: comparte lo rico que está lo que comes, comenta cómo te da energía o cómo disfrutas cocinarlo.

🥗 2. No etiquetes alimentos como “buenos” o “malos”

Esto puede generar miedo, culpa o ansiedad alimentaria. En lugar de eso, enseñales que:

  • Hay alimentos que ayudan a crecer y estar fuertes (como las frutas, vegetales, proteínas…).

  • Y hay otros que son solo para disfrutar a veces, sin sentir culpa (como una galleta, un helado…).

🔁 El equilibrio es clave: ¡todos los alimentos pueden tener su espacio!

👨‍👩‍👧 3. Involucra a tus hijos en el proceso

Ir al supermercado juntos, elegir frutas, preparar comidas simples… todo esto hace que se interesen por lo que comen. Si ellos participan, es más probable que prueben nuevos alimentos.

🧁 Incluso pueden ayudar a preparar postres saludables o su almuerzo para el colegio.

⏰ 4. Establece rutinas y horarios (¡sin forzar a comer!)

Los niños necesitan estructura, pero no imposición. Ofrece alimentos variados en los horarios establecidos, pero respeta su apetito. Obligar a terminar el plato puede generar rechazo o desconexión con sus señales de hambre y saciedad.

🍽️ Tip: sirve porciones pequeñas al principio, y deja que pidan más si desean.

🙅‍♀️ 5. Evita usar la comida como premio o castigo

Frases como “Si te comes las verduras, te doy postre” o “No hay helado porque te portaste mal” pueden alterar su relación emocional con la comida. Esto refuerza que unos alimentos son más “valiosos” que otros.

✨ En su lugar: ofréceles una alimentación balanceada como parte natural del día a día, sin dramatizar.

🧠 6. Fomenta una conversación positiva sobre el cuerpo

Evita hablar de “peso ideal” o “dieta” delante de los niños. Anímalos a reconocer lo que sus cuerpos hacen por ellos (correr, jugar, abrazar), y que cada cuerpo es único y valioso.

💬 En resumen…

Promover una buena alimentación infantil no es solo cuestión de nutrientes, sino de emociones, ejemplos y conversaciones cotidianas. En Nutrieat, creemos que una relación sana con la comida es el mejor regalo que podemos darles.

📞 ¿Te gustaría orientación personalizada?

En Nutrieat atendemos a familias que desean mejorar los hábitos alimentarios de sus hijos sin caer en extremos. Si quieres una consulta individual o talleres familiares, ¡estamos para ayudarte!

 

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Ansiedad con la comida en verano: cómo disfrutar de tus vacaciones sin culpa

Ansiedad con la comida en verano: cómo disfrutar de tus vacaciones sin culpa

El verano es sinónimo de sol, descanso, desconexión… y también de cambios en nuestra rutina alimentaria. Comidas fuera de casa, helados improvisados, terrazas al atardecer y escapadas que rompen con los hábitos saludables que llevamos durante el año. ¿El resultado? Muchas personas experimentan ansiedad con la comida durante las vacaciones de verano.

En este artículo de Nutrieat, te explicamos por qué ocurre, cómo identificarla y qué estrategias puedes seguir para disfrutar del verano sin culpa, sin restricciones extremas y con una relación más amable con la comida.

¿Qué es la ansiedad con la comida?

La ansiedad alimentaria es una sensación de malestar emocional que aparece relacionada con la comida. Puede manifestarse como pensamientos obsesivos sobre lo que vas a comer, miedo a engordar, atracones o el impulso de compensar con ejercicio excesivo o ayunos.

En verano, estas emociones se agudizan por varios motivos:

  • Cambios en la rutina (horarios, lugares, tipos de comida).

  • Mayor exposición corporal (ropa ligera, bañadores).

  • Presión social por tener un “cuerpo de verano”.

  • Más encuentros sociales centrados en la comida y la bebida.

Todo esto puede generar un cóctel emocional que activa pensamientos como:
“He comido fatal hoy”, “Ya que he empezado, sigo comiendo mal todo el día”, “El lunes vuelvo a empezar”.
Y así, el verano se convierte en una montaña rusa de restricciones, excesos y culpa.

¿Por qué sentimos más ansiedad con la comida en verano?

La ansiedad con la comida en vacaciones no es casualidad. Aquí te explicamos algunas de las causas más frecuentes:

1. El cambio de rutina

Durante el año, muchas personas siguen un horario más estructurado, con comidas planificadas y más control sobre los alimentos. En verano, los días son más imprevisibles y eso puede generar inseguridad.

2. La presión estética

La famosa «operación bikini» sigue pesando. El verano expone nuestros cuerpos y, en un entorno donde predomina la comparación (playa, redes sociales, etc.), muchas personas se sienten incómodas con su imagen y proyectan esa incomodidad en la comida.

3. El miedo a “perder el control”

Al relajarse las normas, aparecen pensamientos de “todo o nada”: o como perfecto, o me dejo llevar totalmente. Este pensamiento dicotómico es un gran disparador de ansiedad y atracones.

4. Menor acceso a comida casera

Comer fuera más a menudo implica más desconocimiento sobre los ingredientes, los métodos de cocción o las cantidades. Esto puede generar angustia en personas que intentan seguir un plan de alimentación.

¿Cómo gestionar la ansiedad con la comida en verano?

En Nutrieat creemos que la clave no está en controlar más, sino en escuchar más a tu cuerpo y a tus emociones. Aquí te dejamos algunas estrategias prácticas:

1. Deshazte del pensamiento “todo o nada”

No hay comidas “buenas” o “malas”. Todas las comidas forman parte de una alimentación equilibrada si se entienden en su contexto. Un helado no arruina tu salud, igual que una ensalada no la garantiza.

2. Aprende a comer con atención plena

La práctica del mindful eating o alimentación consciente ayuda a reconectar con las señales de hambre y saciedad. Comer despacio, sin pantallas y disfrutando del sabor puede reducir los atracones y la culpa.

3. Sé flexible y realista

No vas a comer igual en verano que en enero, y eso es completamente normal. La alimentación saludable también incluye espacio para el disfrute y lo social.

4. Evita las compensaciones

No necesitas “castigarte” por haber comido más. Saltarte comidas, hacer ejercicio excesivo o culparte solo perpetúa el ciclo de ansiedad.

5. Habla contigo como hablarías con un/a amigo/a

La autocrítica no te ayuda. Si un amigo te dijera que se siente mal por comerse una pizza en la playa, ¿le dirías que se castigue o que disfrute del momento y siga adelante?

¿Y si no puedo manejarlo solo/a?

Si sientes que la ansiedad con la comida te impide disfrutar del verano, es importante que sepas que no estás solo/a. Buscar apoyo profesional es un acto de autocuidado, no una señal de debilidad.

En Nutrieat contamos con un equipo de nutricionistas y psicólogos especializados en la relación con la comida, el comer emocional y los trastornos alimentarios. Te ayudamos a recuperar la paz con la comida y a vivir el verano sin culpa ni ansiedad.

Conclusión: el verano no es el problema, lo es la culpa

El problema no es el helado, ni la paella en el chiringuito, ni el cóctel en la terraza. El verdadero problema es el juicio constante sobre lo que comemos. El verano puede ser una oportunidad maravillosa para disfrutar de la comida, reconectar con el cuerpo y practicar la flexibilidad.

Desde Nutrieat te animamos a dejar atrás la rigidez, abrazar una alimentación más intuitiva y disfrutar de unas vacaciones llenas de bienestar, placer y equilibrio.

 

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Batch cooking para principiantes: gana tiempo y ahorra dinero

El batch cooking es un método que consiste en cocinar pocas horas durante un día para toda una semana. Si eres principiante en esto, quédate. En este post te explicamos todo lo que necesitas saber sobre este método. Ya verás que es muy sencillo, útil, rápido y muy saludable

Beneficios del batch cooking para principiantes

El ritmo que llevamos cada día, ya sea en el trabajo o en la universidad, nos impide muchas veces a llevar una dieta saludable y equilibrada. Si eres un inexperto del batch cooking te darás cuenta que este método te puede aportar tres ventajas clave:

  • Ganarás tiempo. Tendrás todas las comidas de la semana preparadas con antelación sólo para descongelar o calentar.
  • Ahorrarás dinero. Sabrás qué vas a cocinar y, por lo tanto, comprarás solamente los ingredientes que necesites. También se trata de aprovechar todo lo que se tenga en casa y sacarle el máximo partido.
  • Mejorarás tu calidad de vida. Te alejarás de los ultraprocesados y del fast food porque tu menú cuidará necesidades nutricionales.

La planificación, clave en el batch cooking

El batch cooking, también conocido como “cocinar a lo grande” o “cocinar por tandas”, consiste en preparar en grandes cantidades una serie de alimentos y combinarlos entre ellos, durante el resto de la semana. De esa manera se consigue tener cada día diferentes menús equilibrados y variados. Normalmente, se suele practicar el domingo ya que es festivo.

Ideas para aplicar el batch cooking a tus menús

El meal prep te ofrece la oportunidad de seguir una dieta saludable, siempre y cuando se tenga en cuenta el cocinado. Te dejamos algunas opciones de distintos alimentos para que puedas combinarlos entre ellos durante la semana:

Pasta, cereales y legumbres

Estos hidratos de carbono te permiten elaborar multitud de platos, tanto fríos como calientes. Cada uno de ellos se puede mezclar con cualquier verdura previamente cocida, carne o pescado. Los cereales como el arroz, la quinoa, la avena, el mijo, el cuscús o la pasta son imprescindibles en nuestra alimentación por el alto contenido en vitaminas y minerales. Por otro lado, las legumbres (alubias, garbanzos, lentejas, habas, soja…) son la principal fuente de hierro y proteínas.

Carne, pescado y huevos

Puedes cocinar tanto carne roja (vacuna, de cerdo o buey) como blanca (cerdo, pollo u otras aves). Pescado blanco (merluza, rape, bacalao, lubina…) y azul (salmón, atún, sardina, bonito…). Huevos fritos, revueltos, pasados por agua, duros, “poché” o escalfados o incluso tortillas. Estas proteínas se pueden cocinar a la plancha al vapor o al horno para mantener una dieta saludable y acompañarlas con ensaladas, pasta, salteados… 

Frutas y verduras

Una opción es cortar porciones de fruta y guardarlas por separado en la nevera. O también, congelarlas mezcladas para hacer batidos. En cuanto a las verduras, se pueden asar en el horno y almacenarlas en la nevera para combinarlas con la pasta, los cereales y las legumbres. O bien, cocinar sopas y cremas. Tanto las frutas (manzana, plátano, naranja, kiwi, frutos rojos…) como las verduras (brócoli, zanahoria, calabaza, patata, calabacín, pimiento…) están llenas de vitaminas, una de las principales fuentes de salud para el organismo, minerales, fibras, antioxidantes y agua. Se recomienda tomar 2 raciones de frutas y 3 de verduras al día.

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MI HIJO NO QUIERE COMER ¿QUE PUEDO HACER?

MI HIJO NO QUIERE COMER ¿QUE PUEDO HACER?

A día de hoy nos encontramos un alto porcentaje de niños con dificultades a la hora de comer y de probar nuevos alimentos, la pregunta ¿Por qué mi hijo no quiere comer? es muy recurrente en las familias.  que esto ocurra al fin y al cabo es normal, sobre todo en los primeros años de vida, y se puede alargar hasta los 7 años de edad.

En el Centro Nutrieat abordamos este tipo de casos de manera integral, tanto desde el punto de vista nutricional como psicologico. Es por ello que hemos enfocado este artículo desde ambos aspectos. Esperamos os sea de ayuda.

Los niños adoptan comportamientos neofóbicos (miedo a probar cosas nuevas) y se vuelven muy selectivos a la hora de decidir lo que les gusta y lo que no. Dentro de esta variedad limitada, suelen excluir las frutas y los vegetales.

Neofobia alimentaria ¿Qué es y cuáles son las causas?

Cuando hablamos de neofobia alimentaria nos referimos al trastorno que restringe la alimentación de nuevos alimentos a causa de un miedo irracional. Si lo pensamos al final es algo natural y muy adaptativo del ser humano, el hecho 

de rechazar situaciones desconocidas por parecernos peligrosas.

Para explicarlo mejor, si nos encontramos que un alimento que solemos comer, huele distinto o tiene otro color ¿Verdad que desconfiaremos de que esté bueno?, pues a los niños les sucede lo mismo. Al introducir un alimento desconocido esa inseguridad es fácil que aparezca, y a esto se le conoce como palatabilidad negativa, presuponer que los alimentos nuevos son desagradables.

Las causas de este trastorno pueden ser varias, como la predisposición genética, los estilos cognitivos, el tipo de personalidad del niño, pero sobre todo la idea de supervivencia (la activación de la defensa para evitar una intoxicación). 

Además, aquí le podemos sumar que ya hayan podido vivir una situación desagradable al probar un alimento nuevo, como náuseas, vómitos, sentirse presionados a acabarse la comida a la fuerza, entre otras. Ante estas situaciones, el niño puede construir la asociación, que con todos los alimentos nuevos, le va a suceder lo mismo.

¿Cómo actuar si tu hijo se niega a comer o probar nuevos alimentos?

Si un niño presenta neofobia alimentaria, es fácil que lo podamos identificar ante la negación clara con un “no”, pero a veces no tienen las herramientas para manifestarlo y se puede presentar con nerviosismo, eccemas en la piel, beber grandes cantidades de agua, lloros o berrinches…

Es importante que aquí el adulto mantenga la calma por difícil que pueda resultar a veces. Es primordial no mostrar enfado cuando lo rechace y tampoco castigarlos.

Puede ser beneficioso que en casa se coma de todo, normalizar la variedad de alimentos, comer todos los miembros de la familia juntos y el mismo tipo de alimentos. El niño si ve que sus padres comen reiteradamente ese alimento que les parece peligroso, pueden llegar a aprender que no lo es.

También nos vamos a encontrar que si conseguimos que el niño pueda probar algo distinto a lo de siempre, nos diga que no le gusta, es algo normal porqué es nuevo, y puede que llegue a necesitar probarlo hasta diez o quince veces para normalizar en su repertorio de sabores y lo pueda identificar como familiar. Así que la alimentación por repetición es una buena solución.

Otra de las soluciones es implicar a los niños en la compra, en la cocina y poder crear platos visualmente atractivos. Cada vez que vayáis a comprar, que pueda elegir un alimento nuevo que le apetezca probar, en la cocina que se sienta partícipe haciendo tareas sencillas, y que la presentación de los platos que puedan tener formas o ideas que ellos hayan propuesto, les puede ayudar a decidirse a comer.

¿Por qué mi hijo no quiere comer? Aspectos nutricionales.

Uno de los motivos habituales por los que los padres acuden a la visita de una nutricionista es por la preocupación que tienen porque sus hijos no quieren comer o son selectivos con los alimentos.

Puede ser agotador sentarnos a la mesa cada día y enfrentarnos al rechazo constante de nuestro hijo hacia la comida. No saber cómo ayudarle y esa sensación de que “algo no estamos haciendo bien”, puede generar una gran frustración y ser una fuente de estrés.  Pero queremos deciros que no estáis solos/as. Esto es más común de lo que pueda parecer.

Cómo influyen las experiencias negativas en la relación con la comida

Es fácil pasar por alto cómo ciertas situaciones alrededor de la comida pueden marcar a un niño, pero lo cierto es que estas experiencias a menudo dejan una huella que influye en su actitud hacia ciertos alimentos. Aunque no siempre lo notemos, estas vivencias pueden ser el origen del rechazo que vemos a diario en la mesa.  A continuación, vamos a explorar algunas de las situaciones más comunes que pueden haber contribuido a este rechazo.

  1. Experiencias físicas desagradables

Si alguna vez tu hijo ha sentido náuseas, ha vomitado o incluso ha tenido dolor de estómago tras comer algo, es normal que lo relacione con ese alimento y lo evite en el futuro. Por ejemplo, si vomita tras probar una fruta nueva puede relacionar tanto el alimento en sí como el sabor, textura o el color del alimento con la experiencia desagradable y que desde entonces se genere un rechazo automático. Incluso si el malestar fue causado por otro motivo (como que se haya dado durante un proceso de gastroenteritis). Aunque para nosotros sea fácil distinguir entre una coincidencia y la causa real del vómito, para ellos no lo es. 

  1. La presión a la hora de comer

Muchas veces, sin querer, los adultos caemos en la tentación de usar frases como “si no comes esto, no hay postre” o “tienes que comerte todo el plato o no podrás irte a jugar”. Aunque nuestra intención sea motivarlos, para ellos estas palabras pueden convertirse en una fuente de estrés. 

A la larga, esa presión puede acabar haciendo que vean las comidas como un momento de tensión, es decir, como algo que tienen que superar en lugar de disfrutar. 

  1. Las emociones de los adultos

Como ya habréis notado los niños son auténticas esponjas emocionales. Si sienten que estamos frustrados, ansiosos o enfadados porque no comen, eso también influye en cómo se sienten respecto a la comida. Un suspiro, una mirada de cansancio o un comentario como “¿otra vez no vas a comer?” puede parecer insignificante para nosotros, pero en ellos puede reforzar la idea de que no están cumpliendo nuestras expectativas. 

  1. El ambiente en la mesa

El ambiente también juega un papel importante. Si las comidas son caóticas, o si hay distracciones como la televisión o la Tablet, es más difícil que el niño desarrolle una relación positiva con la alimentación. Comer debería ser un momento de tranquilidad y donde poner los cinco sentidos.

¿Cómo os podemos ayudar desde la consulta de nutrición?

  • Desde la consulta, trabajaremos con las familias para buscar formas creativas y adaptadas a su día a día para reintroducir los alimentos que generan rechazo. Esto puede incluir cambios en la presentación, como ofrecerlo cortado de manera diferente, combinado con otros alimentos que sí acepte o buscando nuevas formas de prepararlo.
  • Lograr que la hora de la comida sea más relajada y positiva. Una estrategia clave es ayudar a los padres a crear un entorno donde el niño se sienta libre de elegir cuánto y qué comer dentro de lo que se ofrece, sin presiones. En lugar de frases como “¡tienes que comer esto!”, proponemos decirles cosas como “Esto está aquí por si te apetece probarlo”. Y dar el ejemplo disfrutando tú mismo del alimento sin insistir. 
  • Por supuesto, nos enfocaremos también en la alimentación del entorno familiar, ya que el ejemplo de los adultos juega un papel importante. Cuando los niños ven a sus padres disfrutar de un alimento de forma natural y sin presiones, esto puede despertar su curiosidad y motivarlos a probar nuevos sabores, aunque sea a su propio ritmo.
  • En las consultas de seguimiento, el papel de la nutricionista es ayudar a las familias a identificar qué dificultades están encontrando al llevar a cabo las recomendaciones y asegurarnos de que sean conscientes tanto de los avances de sus hijos como de los suyos propios. Este proceso mejora si trabajamos en equipo con la psicóloga, quien acompaña a las familias en gestionar las emociones que puedan surgir, como la frustración o la ansiedad. Juntas buscamos ajustar las pautas, reconocer logros y motivarles para seguir avanzando, siempre desde un enfoque empático y respetuoso.

En consulta, trabajaremos juntos para establecer rutinas claras que hagan de las comidas un momento más tranquilo y consciente. Por ejemplo, una de las recomendaciones podría ser crear un espacio libre de pantallas. Esto ayuda a que tanto niños como adultos estén más presentes, puedan conversar entre ellos y disfruten del momento. Será importante proponer cambios que realmente sean factibles. Por ejemplo, si las pantallas son muy habituales, se puede empezar por apagar pantallas solo en una de las comidas del día y convertirla en un tiempo especial en familia.

 

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Tipos de huevos: clasificación y cuál elegir

Tipos de huevos

El huevo es un alimento básico en la dieta, sin embargo, en la gran mayoría de casos no disponemos de la información para elegir la mejor opción. Porque sí, en función del tipo de alimentación que ha recibido la gallina y de otros aspectos como el país de procedencia o las condiciones de la cría, existen diferentes tipos de huevos.

Entonces, ¿cómo podemos identificar qué huevos son de mayor calidad y aporte nutricional? La respuesta está en el código alfanumérico impreso en los huevos producidos en la Union Europea, cuya numeración puede apreciarse a simple vista.

Es importante aprender a leer los códigos de los huevos porque nos aportan toda la información de la trazabilidad y el sistema de producción del alimento. En este sentido, dicha numeración nos indica lo siguiente:

  • El primer número (siempre va de 0 a 3) hace referencia a datos sobre la cría y la alimentación que ha recibido la gallina ponedora. Sobre ello hablaremos a continuación, cuando tratemos los tipos de huevos según su categoría.
  • Las letras que le siguen a ese número inicial nos informan del país donde el huevo ha sido producido. Asimismo, las cifras siguientes señalan la provincia, el municipio y la granja de producción del alimento.

A continuación, te explicamos cuáles son las categorías del huevo, sus diferentes tamaños y otros factores que determinan la clasificación de los huevos:

Clasificación de los tipos de huevos según la categoría

Según la categoría o código, podemos distinguir 4 tipos de huevos: 0, 1, 2 y 3. Estas son sus principales características y diferencias:

Huevos de categoría 0

Son de producción ecológica, las gallinas se crían en libertad y se alimentan de maíz y otros cereales, además de vegetales del campo y de pienso ecológico.

Huevos de categoría 1

Son huevos de gallinas camperas que se crían en libertad, en las mismas condiciones que las ecológicas, pero sin consumir piensos ecológicos. Y, como en la categoría 1, en este caso, la alimentación de estas gallinas influye en las propiedades organolépticas del huevo, variando el color y el sabor del alimento según el tipo de dieta recibida.

Huevos de categoría 2

Proceden de las gallinas criadas en el suelo, es decir, las que han sido criadas en libertad limitada dentro de la nave o el gallinero en el que viven, pero sin poder salir al exterior. Su alimentación se basa exclusivamente en pienso convencional y reciben una iluminación artificial.

Huevos de categoría 3

Son los que ponen las gallinas criadas en jaulas, sin salir al exterior y en espacios de luz artificial. No obstante, desde que la Unión Europea así lo estipuló, deben tener acceso a nidos, perchas y zonas para escarbar en entornos de cómo mínimo 750 cm2. Su alimentación se basa en la ingesta de piensos convencionales.

Clasificación de los huevos según su tamaño

Los huevos también se pueden clasifican acorde a su peso que va del tamaño S al XL:

  • Huevos S: son los más pequeños y tienen un peso de 45 a 53 gramos.
  • Huevos M: de tamaño mediano, pesan entre 53 y 63 gramos.
  • Huevos L: de peso grande, entre 63 y 73 gramos.
  • Huevos XL: su tamaño es extra grande y pueden pesar más de 73 gramos. 

¿Qué tipo de huevo es mejor?

En general, la calidad nutricional de los diferentes tipos de huevos es similar, pero si tomamos una mayor conciencia del cuidado del medio ambiente y nos preocupa el bienestar de los animales, siempre es preferible consumir los huevos de código 0 o 1, ya que las gallinas que se crían en jaulas sufren tanto a nivel físico como psicológico.

Además, si las aves están enjauladas no pueden obtener la vitamina D del sol, la cual es imprescindible para la absorción del calcio.

Los beneficios del huevo en la alimentación

El huevo es uno de los alimentos más completos nutricionalmente hablando. ¿Por qué? Conoce todas sus propiedades y entenderás por qué cumple un papel tan importante en la alimentación:

  • La clara y una parte de la yema aportan en conjunto proteínas de alto valor biológico con todos los aminoácidos esenciales.
  • La yema contiene grasas saludables para nuestro organismo.
  • Es rico en varias vitaminas del grupo B: B2, B3, B9 y B12, además de vitaminas liposolubles, especialmente A y D.
  • Es fuente de minerales como el fósforo, el zinc, el hierro y el selenio.
  • Contiene carotenoides que actúan como protectores de patologías oculares.
  • Su aporte un triptófano promueve la formación de serotonina, la llamada hormona de la felicidad.
  • Es muy saciante y da mucho juego en la cocina. Con el huevo se pueden preparar recetas tanto saladas como dulces con un resultado exquisito.
  • El huevo, además, admite diferentes formas de presentación: huevo poché, relleno, hilado, revuelto, a la plancha, huevo duro… Y sin duda, un ingrediente indispensable en elaboraciones como las quichés y las fritadas, el gran protagonista de la tortilla de patatas y el rey de los bizcochos. 

¿Cuántos huevos se pueden comer al día?

Si hay un alimento que genera mito nutricional ese es el huevo. Y es que, a pesar de la popular creencia de que no es bueno comer huevos de forma diaria porque su ingesta eleva el colesterol, nada más lejos de la realidad.

La evidencia científica ha demostrado que en personas adultas sanas el consumo de huevos no solo no afecta negativamente al colesterol, sino que beneficia el equilibrio entre el colesterol HDL y LDL.

Entonces, ¿se puede comer huevo todos los días? La respuesta es sí y de hecho se recomienda. Varios estudios confirman que se puede comer entre 1 y 3 huevos al día. Tal y como apunta la Fundación Española del Corazón no es necesario restringir el consumo de huevo en personas sanas.

Únicamente si hay unos niveles altos de colesterol en sangre se aconseja reducir la ingesta de huevo (entre 3 y 4 huevos a la semana, pudiendo consumirse más claras).

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ALIMENTACION Y LIPEDEMA

 

ALIMENTACION PARA LIPEDEMA

 

El lipedema es una enfermedad común, frecuentemente subdiagnosticada, crónica y progresiva, que genera un gran deterioro en la calidad de vida. Consiste en el depósito anormal de tejido adiposo subcutáneo principalmente en las extremidades inferiores, afectando casi exclusivamente a mujeres.

Se sabe que nuestro tejido graso o adiposo puede aumentar por medio de dos principales mecanismos, la hipeplasia, cuando se da un aumento en el número de células grasas (adipocitos), o por hipertrofia, cuando se produce un aumento del tamaño de estas. Siendo el primer proceso más característico en etapas de crecimiento y el segundo durante la edad adulta.

La hipertrofia de los adipocitos se asocia a una alteración en su funcionalidad y al desarrollo de patologías asociadas a obesidad. Usualmente el incremento patológico de tejido adiposo se acompaña de un aumento en el reclutamiento de células inmunes con potencial proinflamatorio, contribuyendo así a la aparición de inflamación subclínica crónica. Igualmente, el exceso de tejido adiposo producirá una alteración en la producción de ciertas proteínas presentes, ocasionando una disminución de la flexibilidad del tejido, contribuyendo así a su disfunción e inflamación.

Etimológicamente el nombre lipedema proviene de las palabras lipos (grasa) i oídema (inflamación), lo cual nos da información sobre una de las principales características de este trastorno, y es que cursa con un grado de inflamación aumentado. Si bien es cierto que actualmente no está demostrado cual es el origen del lipedema y se desconoce con exactitud si el aumento anormal de tejido adiposo que se produce se debe mayoritariamente a procesos de hiperplasia o hipertrofia, el lipedema, por ser una condición en la que existe un exceso de tejido adiposo, además alterado, se caracteriza por la presencia de un estado de inflamación crónica que nos interesará minimizar.

Cabe destacar que estas células adiposas afectadas por lipedema presentan una respuesta muy limitada a estrategias habituales para la reducción de tejido adiposo como son las restricciones dietéticas y la realización de ejercicio físico, pero sin lugar a dudas seguir una pautas de alimentación adecuadas y mantener una vida activa tendrá un impacto positivo en la salud y calidad de vida de la mujer que padece de lipedema.

Clasificación por tipo de lipedema

Según la distribución del acúmulo de tejido adiposo asociado a lipedema, la cual podría ir evolucionando, podemos llegar a clasificar distintos tipos de lipedema:

  • Tipo I: acúmulo en caderas, nalgas y pelvis.
  • Tipo II: acúmulo en caderas hasta las rodilla.
  • Tipo II: acúmulo en caderas hasta los tobillos.
  • Tipo IVa: acúmulo solo en brazos (poco frecuente).
  • Tipo IVb: acúmulo solo en pantorrillas (poco frecuente).
  • Tipo V: acúmulo en caderas a tobillos y brazos

Más comúnmente, el lipedema se suele clasificar según el grado de afectación:

  • Grado I: La superficie de la piel es normal y el tejido adiposo tiene una consistencia blanda, pudiéndose palpar pequeños nódulos.
  • Grado II: La superficie de la piel es irregular y dura debido al incremento de la estructura nodular.
  • Grado III: La superficie de la piel está deformada por el tejido adiposo, especialmente en caderas y tobillos. Se pueden palpar nódulos que varían en tamaño.

La dieta RAD (Rare Adipose Disease) puede mejorar esta situación patológica.

Es una dieta por potencial antiinflamatorio.

Potencia el consumo de alimentos frescos y de temporada.

  • Se debe reducir el consumo de alimentos procesados envasados (así evitamos los xenobiótico y disruptores endocrinos), consumo de aditivos (especialmente edulcorantes y colorantes) y de alimentos ultraprocesados.
  • Reducir el consumo de sal
  • Al menos 5 raciones de frutas y verduras frescas, priorizando el consumo en crudo para así aumentar el valor nutricional
  • Evitar el consumo de cereales refinados
  • Incluir legumbres y granos enteros
  • Alimentos ricos en omega 3: pescados azules de tamaño pequeño, semillas.
  • Grasas de calidad
  • Carnes magras, huevos y pescados
  • Evitar el consumo de alcohol y bebidas azucaradas o edulcoradas
  • Lácteos de vaca en general desaconsejados.
  • Valorar dieta sin gluten o con baja carga de gluten si existen síntomas digestivos.

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Dieta para fecundación invitó. Nutricionista

La fecundación in vitro requiere una preparación física y nutricional adecuada para optimizar las condiciones del cuerpo y aumentar las probabilidades de éxito.

En un centro de nutrición, el nutricionistas diseñar un  plan de alimentación  personalizado que favorece la fertilidad, regula las hormonas y mejoran la salud reproductiva.

Para potenciar la fertilidad, es fundamental adoptar ciertos hábitos clave como mantener una hidratación óptima mínimo 2 litros de agua al día para favorecer la calidad ovárica y el equilibrio hormonal, evitar alimentos ultraprocesados y azúcares refinados, ya que pueden alterar la regulación hormonal y afectar la salud metabólica, controlar el consumo de cafeína y alcohol, pues su impacto negativo en el sistema endocrino puede reducir la eficacia del tratamiento, practicar actividad física moderada como yoga, caminatas o ejercicios suaves para disminuir el estrés y mejorar la circulación sanguínea, factores clave en la implantación embrionaria y  realizar un seguimiento nutricional periódico, adaptando la dieta según la evolución del tratamiento para garantizar una correcta ingesta de nutrientes esenciales.

Además de incorporar en su alimentación:

Ácido fólico: Fundamental para la salud ovárica y prevención de defectos en el desarrollo embrionario que  se encuentra en los vegetales de hoja verde, legumbres, aguacate y frutos secos.

Ácidos grasos omega-3: Mejoran la calidad de los óvulos y favorecen la implantación embrionaria, que se encuentra en el salmón, chía, nueces y aceite de oliva.

Proteínas de calidad: Regulan la producción hormonal y fortalecen el cuerpo para el proceso de fecundación, que se encuentra en las carnes magras, huevos, pescado, lácteos naturales y legumbres.

Antioxidantes (vitaminas C y E, zinc y selenio): Protegen las células reproductivas contra el estrés oxidativo, que se encuentra en las frutas cítricas, frutos rojos, semillas y té verde.

Hierro y vitamina D: Favorecen la ovulación y preparan el cuerpo para la gestación, que se encuentran en carnes rojas magras, espinacas, y exposición controlada al sol.

Además el estrés puede afectar la función hormonal, reduciendo las probabilidades de éxito en la fecundación in vitro. Para controlarlo, un centro de nutrición recomienda: 

    • Técnicas de relajación, como meditación y respiración profunda. 
    • Alimentos ricos en triptófano, que favorecen la producción de serotonina como las bananas, avena, cacao puro.
  • Evitar el exceso de trabajo y fomentar el descanso adecuado.

Un nutricionista dentro de un centro especializado brinda La nutrición desempeña un papel crucial en el éxito de la fecundación in vitro. En un centro de nutrición, se diseñan planes alimenticios personalizados, combinando nutrientes esenciales, hábitos saludables y estrategias de reducción del estrés para maximizar la fertilidad.

Además, el nutricionista ofrece una orientación específica para ajustar la alimentación en cada etapa del proceso, asegurando que el cuerpo reciba los nutrientes adecuados en el momento preciso, favoreciendo la implantación y el desarrollo embrionario de manera óptima.

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¿QUE ES LA CONTAMINACION CRUZADA?

La contaminación cruzada es un problema de seguridad alimentaria que ocurre cuando los microorganismos patógenos, sustancias químicas o alérgenos de un alimento contaminado se transfieren a otro, aumentando el riesgo de enfermedades. Este fenómeno es particularmente relevante en nutrición, ya que afecta la calidad y seguridad de los alimentos que consumimos.

Podemos distinguir varios tipos de contaminación cruzada:

  • Contaminación cruzada directa Sucede cuando un alimento contaminado entra en contacto directo con otro alimento limpio. Ejemplo: almacenar carne cruda junto a vegetales frescos, permitiendo la transferencia de bacterias como Salmonella.
  • Contaminación cruzada indirecta Se produce a través de superficies, utensilios o manos que han estado en contacto con alimentos contaminados. Ejemplo: Utilizar una tabla de cortar para carne cruda contamina  y con la misma tabla las verduras transfiriendo la contaminación.
  • Contaminación cruzada por alérgenos Ocurre cuando trazas de un ingrediente que puede causar alergias como frutos secos, gluten o mariscos contaminan otros alimentos, generando reacciones adversas en personas sensibles.

La contaminación cruzada es un problema serio que puede comprometer la seguridad de los alimentos y afectar la salud de quienes los consumen. Su prevención es clave en nutrición, ya que reduce el riesgo de infecciones alimentarias causadas por bacterias como Salmonella, E. coli o Listeria.

Es fundamental evitar el contacto directo entre carnes crudas y alimentos listos para comer. Algunas medidas esenciales incluyen

Utilizar recipientes distintos para carnes, pescados, frutas y verduras, almacenar los alimentos crudos en estantes inferiores del refrigerador para evitar derrame, no mezclar utensilios entre carnes y vegetales sin lavarlos antes.

Después de manipular alimentos crudos, cualquier superficie puede convertirse en un foco de contaminación si no se desinfecta correctamente, para evitarlo lavar tablas de cortar y cuchillos con agua caliente y jabón después de su uso e incluso desinfectar encimeras y áreas de preparación, cambiar trapos y esponjas de cocina, ya que pueden acumular bacterias.

Cada tipo de alimento requiere una manipulación específica para minimizar el riesgo de contaminación. Se recomienda designar una tabla de cortar exclusiva para carnes y otra para frutas y verduras, utilizar cubiertos distintos para servir alimentos crudos y cocidos y evitar el contacto de alimentos listos para consumir con utensilios previamente usados en carnes crudas.

Las manos son un medio de transmisión de bacterias, por lo que mantener una buena higiene es crucial en la cocina. Es importante lavar las manos con agua y jabón antes y después de preparar alimentos, secar las manos con toallas limpias o papel desechable en lugar de trapos reutilizables y evitar tocarse la cara o el cabello mientras se manipulan alimentos.

Para personas con alergias alimentarias, la contaminación cruzada puede representar un riesgo grave. Para minimizarlo guardar los alimentos libres de alérgenos en envases separados, utilizar utensilios exclusivos para preparar comida destinada a personas con alergias y leer etiquetas de productos procesados para asegurarse de que no contengan trazas de alérgenos.

La higiene y el manejo adecuado de los alimentos son esenciales para evitar enfermedades alimentarias y garantizar una nutrición segura. Seguir estas recomendaciones permite disfrutar de una alimentación saludable sin riesgos innecesarios.

Consejos

¿Tomar ensalada por la noche fomenta la retención de líquidos?

¿Tomar ensalada por la noche fomenta la retención de líquidos?

La idea de que comer ensalada por la noche causa retención de líquidos es más un mito que una realidad absoluta. No obstante, ciertos factores pueden influir en cómo el cuerpo responde a la ingesta de vegetales en la cena, como la composición de los ingredientes, la hidratación y las condiciones individuales de cada persona.

Comer ensalada por la noche no causa retención de líquidos por sí mismo, pero ciertos ingredientes y hábitos pueden influir en esta sensación. Un nutricionista puede guiarte para elegir opciones más adecuada, orientándote en la  comprensión de los distintos factores que pueden influir en la retención de líquidos, ayudándote a tomar decisiones más informadas sobre los factores que pueden influir en la retención de líquidos como:

La hidratación y digestión: Las ensaladas están compuestas principalmente por vegetales crudos, ricos en agua y fibra, lo que favorece la hidratación y el tránsito intestinal. Sin embargo, en personas con sensibilidad digestiva, el consumo nocturno de vegetales crudos puede generar distensión abdominal o sensación de hinchazón temporal.

El sodio y aditivos: La verdadera causa de la retención de líquidos suele estar asociada al exceso de sodio, presente en aderezos comerciales, quesos curados o ingredientes procesados que se añaden a las ensaladas. Por ello, en consulta se recomienda evitar salsas industriales y optar por aceites saludables como el de oliva.

La presencia de carbohidratos refinados: Si la ensalada contiene pan blanco o salsas comerciales, el exceso de carbohidratos refinados puede provocar una mayor retención de líquidos debido a su impacto en los niveles de insulina y la absorción de agua por las células.

El metabolismo nocturno: Aunque el metabolismo no se «detiene» por la noche, sí se ralentiza, por lo que algunas personas pueden sentir más pesadez si consumen grandes cantidades de fibra en la cena. En estos casos, los nutricionistas aconsejan incluir vegetales cocidos en lugar de crudos como zanahoria o calabacín al vapor.

Desde el punto de vista de la nutrición, la ensalada nocturna no es responsable directa de la retención de líquidos, ya que no hay evidencia sólida que demuestre que comer ensalada por la noche cause retención de líquidos por sí misma hay que en entender que cada persona tiene una respuesta única a los alimentos, por lo que en los centros de nutrición se recomienda evaluar hábitos individuales para ajustar la dieta de manera personalizada.

 

La clave no es la ensalada, sino los ingredientes y tu cuerpo, pero  si eliges ingredientes frescos y bien equilibrados, ¡tú digestión, tú cuerpo y bienestar te lo agradecerán!

 

Consejos

Alimentación y fertilidad

La fertilidad está influenciada por diversos factores, y la alimentación juega un papel clave en la salud reproductiva tanto en mujeres como en hombres. En el centro de nutrición, los especialistas pueden ayudar a mejorar la fertilidad mediante hábitos alimenticios adecuados, ajustando la dieta a las necesidades individuales y fortaleciendo el organismo para concebir de manera saludable.
El nutricionista recomienda ciertos nutrientes esenciales para optimizar la fertilidad como el ácido fólico que favorece la salud del sistema reproductivo y es clave para prevenir malformaciones en el embarazo. Se encuentra en verduras de hoja verde, legumbres y frutos secos los antioxidantes que protegen las células reproductivas del daño oxidativo y se encuentran en frutas como fresas, arándanos y cítricos, el omega-3 que mejora la calidad de los óvulos y espermatozoides. Se obtiene de pescados grasos, semillas de chía y nueces, y el hierro y zinc que favorecen la ovulación y mejoran la calidad del esperma que se encuentra presentes en carnes magras, mariscos y legumbres.
La nutrición también influye en el equilibrio hormonal, clave para la fertilidad.
Se recomienda reducir el consumo de ultraprocesados, que pueden afectar el metabolismo hormonal, incluir proteínas de calidad, como pescado, huevos y lácteos, para regular la producción de hormonas mantener niveles adecuados de insulina, evitando el exceso de azúcar y carbohidratos refinados.
Además de la alimentación, el nutricionista aconseja adoptar hábitos saludables, como mantenerse hidratado, ya que el agua es clave en todos los procesos del cuerpo, practicar actividad física, para mejorar la circulación y la salud hormonal y dormir bien, porque el descanso influye en el equilibrio hormonal.
Un nutricionista puede ser un gran apoyo para quienes buscan mejorar su fertilidad. Con una dieta equilibrada y hábitos saludables, es posible optimizar las condiciones para concebir de forma segura y saludable.
En definitiva, acudir a un nutricionista es una decisión inteligente para quienes buscan mejorar su fertilidad de manera natural. Con la orientación adecuada, se pueden realizar ajustes en la dieta y el estilo de vida que beneficien la salud reproductiva a largo plazo, aumentando las posibilidades de concebir de manera sana y equilibrada.
Cuidar la alimentación es cuidar la fertilidad, y un nutricionista es el mejor aliado para lograrlo, Tu cuerpo es el reflejo de los hábitos que cultivas, y la nutrición es la clave para desbloquear un futuro lleno de energía, salud y vitalidad, imagina que tu organismo es un jardín, si quieres que florezca, debes nutrirlo con los mejores elementos, aquí es donde un nutricionista se convierte en tu guía, recomendando los alimentos adecuados para fortalecer la calidad de los óvulos y espermatozoides, equilibrar las hormonas y preparar tu cuerpo para una gestación sana.
Tu futuro empieza en lo que comes hoy. ¡Haz de la nutrición tu mejor aliada para cumplir tus sueños!

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