“El desayuno es la comida más importante del día”
¿Qué se debe comer en el desayuno?
Los beneficios de realizar un desayuno completo y equilibrado cada día son incontables, nos ayuda a poner nuestro cuerpo en marcha y que le proporciona la energía necesaria para funcionar durante la mañana. Incluso daros un capricho un fin de semana y disfrutar de un buen Bruch, una mezcla entre un desayuno y una comida, sólo por el placer de disfrutar.
El desayuno permite controlar los ingredientes que ingerimos mejor que otras comidas ya que distinguimos mejor entre los distintos grupos de alimentos. La norma es 60-15-25 (60% hidratos + 15% proteínas + 25% grasas saludables). Es más fácil de respetar que durante la cena o la comida.
Los carbohidratos y el azúcar deben estar presentes, pero no en exceso. Carbohidratos en su justa medida, con un toque de fibra, lácteos y un poco de glucosa. Por ejemplo, los cereales integrales: avena, cebada, pan de calidad para nuestras tostadas… evita los cereales refinados y la bollería. Combate la sensación de hambre. La glucosa contenida en hidratos de carbono como los cereales ayuda a mejorar nuestro humor durante el día.
Tomad un puñado de frutos secos y un buen plato de fruta fresca. La mayoría de las frutas son alcalinas, necesarias para el cuerpo. Así que no olvidéis incluir una pieza o un zumo natural en última instancia (aunque no es igual de bueno) en vuestro desayuno.
Muchas personas optan por panceta o salchichas. Estos alimentos son demasiado pesados y pueden pasarnos factura a largo plazo. Debe existir un equilibrio en estos alimentos grasos y es mucho mejor tomar aguacate, pan con aceite de oliva, huevos a la plancha o cocidos. Eso no quiere decir que uno o dos días a la semana no podamos darnos un capricho.
Hidrátate bien. El café es una bebida, pero no es suficiente, acompañad vuestro desayuno con leche, un vaso de zumo natural o de agua mineral, así completaréis los líquidos del desayuno.
Si comes con prisa tu estómago se resentirá, no es sano. Tómate tu tiempo, levántate un poco antes, con 15 minutos extra es suficiente y hazlo tranquilamente. El desayuno debe ser consumido con calma, no debemos ir con prisas.
Para endulzar, el mejor aliado es la miel, pero no olvidéis que sigue siendo 99% azúcar. El pan es muy importante, el que más nos guste, si es de semillas o integral mejor.
Aprovechar todas las opciones que existen de lácteos para tomar la que más nos guste: leche, un trocito de queso, requesón, yogur, kéfir, etc.
La mayoría solemos acompañar todo con los clásicos té y café. Debemos saber que contienen cafeína, por lo que deben ser consumidos con moderación, tomando no más de dos tazas al día.
Desayunar a tope ayuda a la productividad a primera hora de la mañana. Si el sentimiento de bloqueo e improductividad durante las primeras horas de trabajo es familiar y te ves sin energía seguramente es porque no tienes suficiente combustible para empezar el día.