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Batch cooking para principiantes: gana tiempo y ahorra dinero

El batch cooking es un método que consiste en cocinar pocas horas durante un día para toda una semana. Si eres principiante en esto, quédate. En este post te explicamos todo lo que necesitas saber sobre este método. Ya verás que es muy sencillo, útil, rápido y muy saludable

Beneficios del batch cooking para principiantes

El ritmo que llevamos cada día, ya sea en el trabajo o en la universidad, nos impide muchas veces a llevar una dieta saludable y equilibrada. Si eres un inexperto del batch cooking te darás cuenta que este método te puede aportar tres ventajas clave:

  • Ganarás tiempo. Tendrás todas las comidas de la semana preparadas con antelación sólo para descongelar o calentar.
  • Ahorrarás dinero. Sabrás qué vas a cocinar y, por lo tanto, comprarás solamente los ingredientes que necesites. También se trata de aprovechar todo lo que se tenga en casa y sacarle el máximo partido.
  • Mejorarás tu calidad de vida. Te alejarás de los ultraprocesados y del fast food porque tu menú cuidará necesidades nutricionales.

La planificación, clave en el batch cooking

El batch cooking, también conocido como “cocinar a lo grande” o “cocinar por tandas”, consiste en preparar en grandes cantidades una serie de alimentos y combinarlos entre ellos, durante el resto de la semana. De esa manera se consigue tener cada día diferentes menús equilibrados y variados. Normalmente, se suele practicar el domingo ya que es festivo.

Ideas para aplicar el batch cooking a tus menús

El meal prep te ofrece la oportunidad de seguir una dieta saludable, siempre y cuando se tenga en cuenta el cocinado. Te dejamos algunas opciones de distintos alimentos para que puedas combinarlos entre ellos durante la semana:

Pasta, cereales y legumbres

Estos hidratos de carbono te permiten elaborar multitud de platos, tanto fríos como calientes. Cada uno de ellos se puede mezclar con cualquier verdura previamente cocida, carne o pescado. Los cereales como el arroz, la quinoa, la avena, el mijo, el cuscús o la pasta son imprescindibles en nuestra alimentación por el alto contenido en vitaminas y minerales. Por otro lado, las legumbres (alubias, garbanzos, lentejas, habas, soja…) son la principal fuente de hierro y proteínas.

Carne, pescado y huevos

Puedes cocinar tanto carne roja (vacuna, de cerdo o buey) como blanca (cerdo, pollo u otras aves). Pescado blanco (merluza, rape, bacalao, lubina…) y azul (salmón, atún, sardina, bonito…). Huevos fritos, revueltos, pasados por agua, duros, “poché” o escalfados o incluso tortillas. Estas proteínas se pueden cocinar a la plancha al vapor o al horno para mantener una dieta saludable y acompañarlas con ensaladas, pasta, salteados… 

Frutas y verduras

Una opción es cortar porciones de fruta y guardarlas por separado en la nevera. O también, congelarlas mezcladas para hacer batidos. En cuanto a las verduras, se pueden asar en el horno y almacenarlas en la nevera para combinarlas con la pasta, los cereales y las legumbres. O bien, cocinar sopas y cremas. Tanto las frutas (manzana, plátano, naranja, kiwi, frutos rojos…) como las verduras (brócoli, zanahoria, calabaza, patata, calabacín, pimiento…) están llenas de vitaminas, una de las principales fuentes de salud para el organismo, minerales, fibras, antioxidantes y agua. Se recomienda tomar 2 raciones de frutas y 3 de verduras al día.

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Trucos para comer fuera sin perder el control

 

Días más largos, mejor temperatura y un mayor espíritu festivo están detrás de la evidencia: durante los meses de verano disfrutamos más de realizar comidas fuera de casa, y en España más que en ningún otro sitio: según Eurostat, los españoles son los europeos que más disfrutan de salir de restaurantes . Una actividad con infinidad de connotaciones positivas, pero también dos negativas: menor control sobre lo que comemos, que tiende a ser menos ligero; y en algunos casos incluso aumento de peso.

Aleja la idea de que comer fuera está PROHIBIDO.

Libérate de ideas y creencias de dietas tradicionales que prohíben comer fuera, regímenes (esta palabra me pone los pelos de punta), antiguas, estrictas o como lo quieras llamar. Suelta el control de CONTROLAR (valga la redundancia) lo que puedes y lo que no comer. Piénsalo, reflexiónalo, ¿todas esas normas te han ayudado o alejado de conseguir tus objetivos?.

Comer fuera una vez a la semana o cada dos semanas, NO significa que vayas a engordar. Tampoco si en verano has salido más veces de la cuenta al estar de vacaciones. También debemos ir cambiando que comer fuera sea sinónimo de “comer hasta reventar”, ni dar vía libre para comer lo que quiera y cuanto quiera. Quizá por eso tan difícil comunicar sobre este tema, porque siempre nos vamos a los polos opuestos, y esto nos aleja de un equilibrio.

Comer un día menos saludable no implica que tu estilo de vida ya no lo sea. Se trata de aprender a elegir alimentos saludables y permitirnos cierta flexibilidad cuando salimos fuera para lograr ese equilibrio que antes mencionaba.

Antes de salir, toma una fruta, vaso de gazpacho, salmorejo u otro snack saciante

Es muy importante no llegar con mucha hambre cuando salimos a comer fuera de casa para elegir mejor. Esperar a tus amigos, sentarte en la mesa, el bar abarrotado y el camarero no viene…Acabas cogiendo las aceitunas, el pan y todo lo que pilles. Tener mucha hambre te nubla la mente y la vista a la hora de elegir y con mayor probabilidad escogerás algo menos saludable.

Un pequeño snack te hará llegar con menos hambre al momento de pedir en el bar o restaurante, lo agradecerás muchísimo y ya habrás comenzado tu comida fuera de forma saludable. Antes de salir, toma una pieza de fruta, unos tomates cherrys, una zanahoria cruda, pepinillos, gazpacho, salmorejo, un yogur, unos frutos secos. Las veces que lo hago, FUNCIONA. Pruébalo tú mismo.

Elige lugares donde sea más fácil comer saludable

Antes de nada, debemos barajar los establecimientos que te facilitarían comer más saludable fuera de casa:

Chiringuitos de playa. Parrilladas de pescado, espetos y una ensalada fresquita alegran el día a cualquiera. Los fritos no deben ser frecuentes, pero si tomas dos anillas de calamar frito, NO PASA NADA.

Restaurantes españoles. Escogiendo primer plato ligero y/o con verduras, un segundo plato probando gastronomía típica de la zona y fruta de postre.

Restaurantes poke bowl. Ensaladas fresquitas con base de arroz o quinoa, pescado marinado y verduras con muchos colores, combinación ligera y deliciosa.

Asador de carne. Carne a la brasa, patatas cocidas y ensalada variada, un acierto seguro sin salir empachado.

Bares de tapas. Siempre recomiendo una tapa de vegetales, una de carne/pescado/huevo y otra de hidratos de carbono, ¡muy importante no quedarte con hambre!

los trucos para comer sano fuera de casa y no caer en excesos:

  1. «A mi manera» : Comer fuera de casa no significa perder un control completo sobre lo que comemos: en muchos casos, pedir variaciones sobre el menú no representará ningún inconveniente y asegura una mayor ligereza en la ingesta de alimentos final. ¿Cómo? Por ejemplo, pidiendo a la plancha o asado aquello que esté frito o cambiando las guarniciones más contundentes por vegetales.
  2. Conocer los trucos básicos de la comida internacional: Hombre prevenido vale por dos y, en este caso, conocer las versiones “saludables” (e igualmente deliciosas) de la comida que se vaya a disfrutar es garantía de éxito. Mexicano Que las fajitas sean de pollo y sin crema agria; Chino Con arroz integral y verduras al vapor (y con palillos para comer más lentamente y masticar mejor); ¿curry? Mejor con base de caldo, con menos calorías que la leche de coco; ¿italiano? Con salsa de tomate.
  3. Compensar a lo largo del día: ejercicio + comida saludable. Comer fuera no significa abandonar todo placer culinario: ni pasando hambre todo el día para hacer hueco, ni optando por una opción «light» del menú que nos resulte poco apetecible. El truco está en comer lo que se desee y compensar durante el día con platos saludables que equilibren bien la proporción de grasas, hidratos de carbono y proteínas. Además, resulta recomendable incluir ese día una sesión de ejercicio, ya que el deporte no solo quema calorías sino que mantiene a raya el apetito.

4. «Sí» al postre . Contrariamente a lo que se cree, el «comer sano» en restaurantes no pasa por comer lo que se quiera y renunciar al postre; es más, esta práctica suele desembocar en un picoteo posterior (y más calórico) al llegar a casa. Por esto, es recomendable pedir primero una ensalada para regular el apetito durante el resto de la comida; un plato principal a continuación, acompañado de la cantidad adecuada de agua para mantener un ritmo pausado y disfrutar más la comida; y un postre.