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PAPEL DE LA CULPA CUANDO COMES

La culpa al comer puede influir en nuestro estado emocional, pues la ansiedad o el estrés se puede confundir con el hambre, lo cual nos afecta tanto a la salud mental como física, por comer ciertos alimentos provocando episodios de atracones o restricciones excesivas en lugar de disfrutar de la comida,

La presión social y cultural y los estándares de belleza o salud impuestos pueden generar culpa si sentimos que nuestros hábitos alimenticios no cumplen con ellos.

Una alimentación saludable es clave con la ayuda de un profesional nutricionista, abordar esta emoción es crucial para fomentar hábitos saludables 

La culpa puede llevar a comportamientos extremos, como restricciones alimentarias, atracones o ciclos de dieta que perpetúan una relación tensa con la comida, en lugar de ver la comida como fuente de nutrición y placer, se convierte en un motivo de juicio y autocastigo. 

Con los profesionales expertos en nutrición aprenderás pautas a identificar la diferencia de hambre y saciedad, antes, durante y después de comer y que todos los alimentos pueden formar parte de la alimentación para poder guiarte a través de la educación alimentaria a sentirte mejor y disfrutar del placer de la comida, aprendiendo que todos los alimentos tienen un lugar en una dieta equilibrada y que ningún alimento «es malo» en moderación.

Desmontan mitos sobre la comida y la necesidad de perfección en la dieta restricciones alimentarias, dietas extremas o reglas estrictas suelen llevar a «transgresiones» que desencadenan culpa.

Autoexigencia excesiva: Tener expectativas poco realistas sobre el propio cuerpo o hábitos alimenticios intensifica la culpa.

Disfrutando de la comida y ayudan a redefinir el acto de comer como un momento de conexión con el cuerpo ya la culpa puede contribuir a trastornos como ansiedad, depresión o trastornos de la conducta alimentaria.

Dedica tiempo a saborear los alimentos, comer despacio y prestando atención a cada bocado permite disfrutar plenamente de los sabores, texturas y aromas, masticar lentamente también ayuda a que el cerebro registre la saciedad, evitando comer en exceso y reduciendo así la probabilidad de sentir remordimientos.

 

«No viniste al mundo a contar calorías, viniste a vivir. Come, disfruta, sigue adelante.»


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¿QUE COMER DURANTE LA MENOPAUSIA?

 

¿Qué es la menopausia?

La menopausia no es una enfermedad, sino una situación fisiológica en la vida de la mujer, en la que se pone fin a la etapa reproductiva.

En ella los ovarios dejan de producir óvulos, lo que significa el cese de la menstruación y conlleva el cese de la producción de estrógenos y la aparición de una serie de síntomas, más o menos acusados en unas mujeres o en otras, que pueden paliarse y/o prevenirse fácilmente con unos buenos hábitos de vida y, en caso necesario, con un tratamiento adecuado e individualizado.

SINTOMATOLOGÍA

Los síntomas más inmediatos suelen ser sofocos y sudores, nerviosismo, irritabilidad, trastornos del sueño, humor depresivo, ansiedad, dificultad de concentración, cansancio, dolores de cabeza o palpitaciones. También aparece una tendencia al aumento de peso y a la redistribución de la grasa corporal con una mayor acumulación en la zona abdominal.

Como problemas de salud, a largo plazo pueden aparecer los siguientes:

  • osteoporosis (disminución de la masa ósea, que tiene como consecuencia un aumento del riesgo de fracturas).
  • aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares.
  • tendencia al aumento de los niveles de colesterol.
  • elevación de la presión arterial (en la etapa reproductiva la mujer está más protegida que el hombre por su producción de estrógenos).
CONSEJOS y RECOMENDACIONES
  • Durante la menopausia es importante enriquecer la dieta con alimentos con mucho calcio como lácteos desnatados, legumbres, hortalizas y cereales integrales.
  • El pescado nos aportará ácidos grasos esenciales de la serie omega 3, muy útiles en la prevención de algunas enfermedades cardiovasculares.
  • El ejercicio físico diario (30 minutos) mantiene la masa muscular, evita el aumento de peso y ayuda en la lucha contra la osteoporosis

Además, la dieta puede ser clave para manejar síntomas comunes como los sofocos, el insomnio y la fatiga 

Sofocos: los alimentos ricos en magnesio como las espinas, almendras o plátanos, pueden ayudar a reducir la frecuencia y la intensidad de estos sofocos.

La incorporación de alimentos ricos en triptófano como el pavo, huevos y avena puede mejorar la calidad del sueno 

Fatiga: una dieta equilibrada que incluya carbohidratos y alimentos ricos en hierro ayuda a mantener niveles altos de energía

Por ultimo mantener una buena hidratación también es crucial para los cambios hormonales 

La menopausia incrementa el riesgo de ciertas enfermedades como cardiovasculares y osteoporosis te mostramos como puedes mejorar este riesgo:

Salud ósea: consumir alimentos ricos en calcio y vitamina D. Algunos ejemplos son los lácteos bajos en grasa, almendra, brócoli y pescados con espina blanda como las sardinas

Salud cardiovascular: los cambios hormonales pueden aumentar los niveles de colesterol y la presión arterial. Para contrarrestarlo. Se recomienda reducir el consumo de grasas saturadas y trans y optar por grasas insaturadas además de alimentos ricos en omega 3 como el Salmon o las nueces

Y aunque una dieta equilibrada es la base de una buena salud los suplementos pueden ser útiles para cubrir deficiencias algunos recomendados son:

Calcio y vitamina D para mantener la salud ósea 

Magnesio para ayudar con los calambres musculares y mejorar el sueño y la ansiedad

Omega 3 para la salud cardiovascular y la reducción de la inflamación 

Pero siempre es importante consultar a un profesional antes de comenzar con cualquier suplementos 

Muchas gracias por confiar en nuestro equipo y esperamos haber ayudado 

Centro Nutrieat

 

 

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ME LEVANTO POR LAS NOCHE A COMER ¿ QUE HAGO ?

Esto se puede clasificar como el síndrome del comedor nocturno

Quienes lo padecen experimentan una gran ansiedad por comer por la noche. Pueden levantarse incluso varias veces de la cama a comer de forma descontrolada. Esta situación puede propiciar un aumento de peso e, incluso, aumentar el riesgo de diabetes y otras alteraciones.

 

Síntomas característicos pueden ser:

 

Hambre nocturna

Despertarse a medianoche con hambre o dificultad para dormir junto con la creencia de que, si no come, no podrá dormirse. También se produce una fuerte necesidad de comer después de la cena y a la hora de acostarse.

Elevada ingesta calórica por la noche

Ingerir más del 25% de la ingesta calórica después de la cena 

En repetidas ocasiones

Levantarse de la cama a comer varias veces durante la noche. “Y sufre este episodio más de dos veces por semana”

Alimentos estrella en las grandes ingestas nocturnas

En estos atracones se suelen preferir alimentos ricos en carbohidratos. Sobre todo, refinados, ricos en azúcares y grasas, como snacks y bollería. Los dulces intervienen en el sistema de recompensa cerebral en momentos de ansiedad aumentando la serotonina. 

Normalmente los alimentos se toman en forma de bocados, snacks o picoteos no demasiado grandes.

La ingesta ronda las 300kcal de media 

Precisamente esta forma de realizar las ingestas en pequeñas cantidades es una de las diferencias con el trastorno por atracón.

Consecuencias para los comedores nocturnos

Al comer de forma descontrolada por la noche se acaba comiendo mucho más de lo necesario al cabo del día. Con el agravante de que se trata de una alimentación desequilibrada y poco saludable. 

Además, aumenta el riesgo de caer en otros trastornos de la conducta alimentaria.

Y, por supuesto, conlleva una importante falta de descanso.

Algunos estudios revelan que desplazar las ingestas hacia la noche perjudica la flexibilidad metabólica. Esto altera el metabolismo de la glucosa y provoca una mayor resistencia a la insulina. El resultado puede ser un aumento de la grasa corporal y con ello un aumento de peso además de un riesgo a padecer diabetes 

Tratamiento multidisciplinar  

Los trastornos de la conducta alimentaria suelen requerir un abordaje multidisciplinar entre el psicólogo y el nutricionista. No hay una varita mágica, ni un método único e infalible sobre cómo evitar los atracones nocturnos.

Corresponde al psicólogo analizar los pensamientos, emociones o preocupaciones que subyacen bajo esa conducta y reconducirlos adecuadamente. Los estudios revelan que estos pacientes suelen presentar mayores índices de depresión, estrés post traumático, baja autoestima u otros problemas de salud mental.

La terapia suele incluir técnicas para aprender a gestionar el estrés y relajación progresiva muscular. “Si es necesario, se puede llegar a administrar fármacos antidepresivos del grupo de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina”, señala. El objetivo de estos medicamentos es, entre otros, reordenar los ritmos circadianos.

El dietista-nutricionista, por su parte, revisará los patrones de alimentación y establecer una estrategia nutricional personalizada para equilibrar las ingestas durante todo el día. Esta estrategia debe implementarse de forma progresiva, evitando los reproches, la culpa o las restricciones muy estrictas de forma inmediata.