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Alimentación y Ansiedad: ¿Cómo se Relacionan y Qué Puedes Hacer?

🍽️ Alimentación y Ansiedad: ¿Cómo se Relacionan y Qué Puedes Hacer? | Nutrieat

La ansiedad es una emoción humana completamente normal. Todos la experimentamos en distintos momentos de la vida. Sin embargo, cuando se vuelve crónica o intensa, puede afectar muchos aspectos de nuestra salud —incluida nuestra alimentación.

En Nutrieat, entendemos que la relación entre lo que comemos y cómo nos sentimos es profunda. Por eso, hoy queremos hablarte sobre un tema que vemos a menudo en consulta: la alimentación como causa y consecuencia de la ansiedad.

¿Qué es la ansiedad y cómo influye en la alimentación?

La ansiedad puede generar una variedad de respuestas en el cuerpo: desde aumento del ritmo cardíaco hasta cambios hormonales que afectan el apetito. Algunas personas experimentan una pérdida del hambre, mientras que otras sienten una necesidad constante de comer, especialmente alimentos ricos en azúcar, grasa o sal.

Este fenómeno tiene explicación: ante el estrés o la ansiedad, el cuerpo busca “recompensas rápidas” que aumenten la serotonina o dopamina (neurotransmisores del bienestar). ¿Y qué alimentos lo hacen más rápido? Los ultraprocesados, dulces y comidas altas en carbohidratos simples.

Comer por ansiedad vs. hambre real

Es importante aprender a diferenciar hambre emocional de hambre fisiológica:

Hambre real Hambre emocional
Aparece gradualmente Aparece de golpe
Puede esperar Es urgente
Se satisface con cualquier comida Solo ciertos alimentos “calman”
No genera culpa Suele generar culpa después

¿Te has sentido identificado con alguno de estos síntomas? No estás solo. Y es completamente tratable.

¿Cómo podemos ayudarte en Nutrieat?

En Nutrieat abordamos la ansiedad alimentaria desde una mirada integral, trabajando tanto los hábitos nutricionales como el aspecto emocional relacionado con la comida. Nuestro enfoque incluye:

  • 🍎 Educación alimentaria consciente

  • 🧠 Técnicas de mindfulness y alimentación intuitiva

  • 🗣️ Acompañamiento emocional con profesionales

  • 📋 Planes de alimentación adaptados a tus necesidades reales, no solo físicas, también emocionales

Consejos prácticos para empezar a manejar la ansiedad alimentaria

Aquí te compartimos algunas recomendaciones que puedes comenzar hoy:

  1. Haz pausas conscientes antes de comer. Pregúntate: ¿tengo hambre o estoy comiendo por ansiedad?

  2. Registra tus emociones. Llevar un diario puede ayudarte a detectar patrones entre tu estado emocional y tus hábitos alimenticios.

  3. No te castigues. Comer por ansiedad no es un fallo, es una señal de que algo necesita atención.

  4. Evita las dietas extremas. Pueden empeorar la relación con la comida y aumentar la ansiedad.

  5. Busca ayuda profesional. Acompañarte es nuestra misión.

En resumen

La ansiedad y la alimentación están profundamente conectadas. Aprender a escuchar tu cuerpo y entender tus emociones es clave para una relación sana con la comida. En Nutrieat, queremos que sepas que no estás solo/a en este camino. Si sientes que tu forma de comer está siendo afectada por el estrés o las emociones, estamos aquí para ayudarte.

📩 Agenda tu primera consulta gratuita y comencemos juntos este proceso de transformación.

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¿Cómo mejorar mi relación con la comida?

Mejorar la relación con la comida implica desarrollar hábitos alimentarios conscientes, equilibrados y sostenibles, alejándose de dietas extremas o restricciones innecesarias.

Un nutricionista juega un papel clave al proporcionar estrategias adaptadas a cada persona, considerando su historial de alimentación, emociones asociadas y necesidades metabólicas.

En un centro de nutrición, la evaluación del comportamiento alimentario es un paso esencial para entender cómo las emociones, el entorno y los hábitos diarios influyen en la forma en que una persona se alimenta. Un nutricionista no solo analiza los aspectos físicos y nutricionales, sino también factores psicológicos y conductuales que pueden afectar la relación con la comida.

Muchas veces, las personas confunden el hambre real con la necesidad de comer motivada por emociones como el estrés, ansiedad o aburrimiento. Un nutricionista ayuda a identificar la diferencia entre hambre fisiológica que aparece de manera gradual, se siente en el estómago y se sacia con una comida equilibrada. Y el hambre emocional que surge repentinamente, suele estar ligada a antojos específicos como dulces, comida ultraprocesadas  y no se satisface con alimentos nutritivos.

 También las dietas extremadamente restrictivas pueden generar sentimientos de culpa o frustración al consumir cierto alimento, en un centro de nutrición, se trabaja en  eliminar la mentalidad de “alimentos prohibidos” y enseñar cómo equilibrar la dieta sin restricciones extremas, además de promover la alimentación intuitiva, permitiendo que el cuerpo regule el apetito de manera natural y trabajar la relación emocional con la comida, para evitar patrones como el “comer por ansiedad” o el “castigo” después de una indulgencia.

Otro aspecto clave es aprender a saborear y disfrutar los alimentos, ya que comer demasiado rápido, viendo televisión o con el móvil puede hacer que el cerebro no registre la saciedad a tiempo, favoreciendo el exceso de ingesta.

Para mejorar este hábito, en los centros de nutrición se recomienda:

Realizar comidas sin distracciones, enfocándose en los sabores, texturas y aromas de los alimentos y masticar lentamente, permitiendo que el cuerpo envíe señales de saciedad al cerebro antes de seguir comiendo y evitar las comida rápidas, dándole espacio a la alimentación como parte del bienestar diario.

En un centro de nutrición, los profesionales analizan el comportamiento individual para crear estrategias personalizadas, ayudando a cada persona a desarrollar una alimentación más equilibrada, sin culpas ni restricciones innecesarias.

Planificar comidas semanales para evitar decisiones impulsivas desarrollar estrategias para gestionar la ansiedad sin recurrir a la comida como escape.

Incorporar variedad en la alimentación para evitar monotonía y ansiedad por ciertos productos.

Escucha a tu cuerpo, disfruta cada bocado y haz de la comida un momento especial. ¡Pequeños cambios crean grandes hábitos!

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NO SOY CAPAZ DE DEJARME COMIDA EN EL PLATO

 

¿Eres capaz de dejarte comida en el plato?

La verdad sea dicha, comer es un placer. Sin embargo, precisamente por ello,  como cualquier placer, es más placer cuando se disfruta de forma justa y sin  abusar. 

Saborear los alimentos, no llenarse tanto la boca, degustar cada plato, son  técnicas recomendadas a la hora de comer. 

Comer en exceso no es sano para ti. 

Estos son algunos consejos que te podrían ayudar: 

– Intenta distraerte y no focalizar tú atención en tú estado de ánimo y su  alivio inmediato.

–  Hacer  algún ejercicio de relajación, meditación, respiración o yoga también te  ayudará a cambiar tu estado de ánimo. 

– La toma de conciencia de como respiramos y el cambio en el ritmo de la  inspiración y espiración podrá ayudarte a detectar si estos nervios@ o  tranquil@,  la respiración abdominal de relajación  muscular disminuirá el estado de ansiedad y por lo tanto la necesidad de  comer para sentirte mejor. 

– Beber agua. Muchas veces no tenemos hambre, sino sed. Prueba a  beber un vaso de agua cuando tengas ganas de comer, y esperar 10  minutos antes de comer. 

– Realizar tres comidas al día. Incorporar alimentos ricos en grasas  saludables y proteínas en lugar de los hidratos de carbono.

– Deja de polarizar los alimentos como buenos o malos.

– Cuando vayas a hacer la compra llévate una lista elaborada desde casa  para evitar los primeros impulsos he intenta ir con el estómago lleno,  visualízate mientras compras, comiendo platos saludables llenos de  sabores. 

– Sírvete la comida en platos pequeños. Se ha demostrado que comemos  menos de esta forma. 

– Es importante hacerte consciente de la diferencia entre la sensación de  hambre y de ansiedad, si llevas más de tres horas sin comer  probablemente tengas hambre, sin embargo, si acabas de comer y  necesitas seguir masticando lo más seguro es que sea ansiedad.

Si te has sentido reflejado en estas líneas y sientes que es imposible dejarte comida en el plato y esto es un hecho que te frustra, cuenta con nosotras. Las sesiones de psiconutrición son las indicadas para este tipo de frustración continua con la comida

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